La modernidad dejó su legado en Quito. Aunque hay edificios en el Centro que pueden ser catalogados como “feos” o que rompen con el diseño colonial y republicano, muchos de estos fueron hitos y tienen un lugar en la historia de la arquitectura de la capital. Uno de ellos es el Palacio Municipal, como parte de más de 6 000 bienes patrimoniales del Distrito.
Esta semana, el Concejo Metropolitano aprobó la construcción de una plaza que sustituirá al edificio donde funcionaba el Registro Civil. Esto significa la demolición de ese predio que está junto al convento de San Agustín. Por más de una ocasión fue calificado como “feo”. Igual ocurrió con la exDirección Provincial de Salud.
Desde los años 40, no solamente en Quito, hay una tendencia a considerar la arquitectura moderna como un signo de avance, innovación y de dejar atrás estructuras “obsoletas”. Para la arquitecta y catedrática de historia de la Arquitectura de la Universidad Católica, Inés del Pino, la modernidad es como una mancha de aceite en América Latina: “El Centro se salvó gracias a la pobreza”. Los quiteños, al no disponer de recursos para levantar edificaciones nuevas, debieron mantener las casas coloniales y republicanas, construidas en el Centro.
La Previsora, calles Espejo y Guayaquil, centro de Quito, fue construido en 1936. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.
En “Arquitectura de Quito 1915-1985”, del Colegio de Arquitectos, se detalla que entre 1930 y 1940, las estructuras derivan hacia el eclecticismo (combinación de diferentes estilos). Pero empiezan a tomar fuerza las tendencias modernas, las cuales se pueden observar hasta la actualidad y que forman parte de los más de 700 000 predios catastrados.
La ciudad no pasó desapercibida por este boom, explica Del Pino. El actual Municipio se levantó en los 70, donde anteriormente había un edificio ecléctico (no era barroco ni neoclásico). El predio se derroca poco a poco y hay registros de que en los años 60, el lote de las calles Venezuela, entre Chile y Espejo, estaba vacío.
Inicialmente se abrió un concurso para el proyecto sustitutivo y el ganador fue Oswaldo Muñoz Mariño, quien planteó el diseño de una torre de cristal. Esta propuesta no se ejecutó y se construyó la edificación actual. Estuvo a cargo de Juan Espinosa Páez y Diego Banderas.
Aunque ha despertado controversia, coinciden Del Pino y el cronista de la ciudad, Alfonso Ortiz, es una estructura moderna, respetuosa de la escala del Centro, tiene un portal que evoca al existente en el edificio anterior. Además, hay que notar la división de las ventanas (grillas) que evocan los conventos, así como un patio interior, como las casas coloniales.
En la actual administración municipal, la estructura interior se modificó para habilitar las oficinas de los 21 concejales, pues anteriormente eran 15. En las columnas de hormigón se colocaron lámparas con el logo de la nueva Alcaldía.
Antes del Palacio Municipal, en 1935, Quito fue testigo de la construcción de la primera edificación en altura: La Previsora, considerado en el libro el Colegio de Arquitectos (2004), “un buen ejemplo de arquitectura bancaria”.
El edificio Guerrero Mora fue construido por Sixto Durán Ballen, en la década de los 50. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.
Para Ortiz, muchos derrocamientos y la consecuente construcción de edificios modernos responde a que no había ninguna valoración y no se considera a la ciudad digna de ser conservada. Uno de esos ejemplos es el edificio Guerrero Mora, donde antes se encontraba una casa colonial. A decir de Del Pino, es una muestra de arquitectura moderna hecha a mano.
La edificación (Chile y Guayaquil) estuvo a cargo de Sixto Durán Ballén, en la década del 50. Es vista como un nuevo modelo en el diseño. En la publicación “Arquitectura de Quito 1915-1985”, se describe que es una réplica minimizada de los rascacielos estadounidenses. Del Pino agrega que esta es una muestra de arquitectura moderna “hecha a mano”, pues no existía la tecnología para su proceso de construcción.
No solo en el Centro se puede palpar la huella de la arquitectura moderna; Ortiz menciona ejemplos en el norte, como el rectorado de la Universidad Central, la Facultad de Jurisprudencia, así como el edificio de la Caja del Seguro, el Hotel Quito, entre otros.
Del Pino menciona que pese a las controversias que generaron los proyectos en su momento, la arquitectura “de buena calidad” va tomando nuevas significaciones y valores en el tiempo. Muchas de esas obras estuvieron lideradas por el expresidente Sixto Durán Ballén y se ejecutaron debido a que Quito iba a ser sede de la reunión de cancilleres.
Uno de los edificios de corte moderno del Centro salió del inventario y otro está por desaparecer: la antigua sede de la Dirección Provincial de Salud (una plaza) y el viejo Registro Civil (expropiado por Inmobiliar, empresas estatal) por USD 1,3 millones).