El grupo ecuatoriano Papá Changó ha visitado más de 15 países y casi todo el Ecuador. Foto: Cortesía
Luis F. Orquera. Redactor (I)
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Papá Changó, la banda de reggae fusión, cumple una década en las tablas con un show este sábado (15 de noviembre). EL COMERCIO estuvo en un ensayo. Ahí sus integrantes contaron, cada uno, un hecho de su vida musical.
El más nuevo es Juan (ninguno da su apellido, así es su trato). Es tecladista y lleva dos años en el grupo. Se le vino a la mente una experiencia en Guatemala. “Encontramos gente que tocaba una como marimba entre tres; grande. Un rato la quise tocar e hice una especie de arreglo del Andarele”, dijo.
El siguiente fue Chelo, trompetista, que aunque no tuvo
un recuerdo específico precisó que la banda conserva el 98% de miembros originales y que los 10 son dueños del ensamble. Junto a él estaba el también trompetista Jeff, quien es el más joven de la alineación, a la que entró cuando tenía 13 años.
Recordó un incidente. “Íbamos a tocar en Riobamba y de repente en la noche hubo un accidente y me fracturaron el dedo (…) por eso no podemos volver a ese hotel. Tenía 15 años”, dijo mientras sus amigos reían. Luego, el vocalista Iván o Diablo, como es conocido, tuvo una memoria no tan grata pero que unió a la banda. “Cuando empezábamos a ensayar, salimos de la casa del Andrés (baterista) y nos asaltaron. Nos robaron plata, instrumentos y la bicicleta. Aún no dábamos ni el primer concierto”. Ese traspié no los detuvo, de hecho ni la falta de recursos lo hizo, porque siempre se dieron modos.
“Nos tocó financiar el primer disco con la Liga Barrial San Carlos, donde juego fútbol hasta ahora”, dijo Ekeko (bajista) y continuó. “Le dije (al Presidente) ‘¿no tiene que me preste unos USD 500?’ Me dijo que levantemos la moción para que preste la tesorería. En la sesión ampliada aprobaron y ahora todos me exigen discos”.
Pero así como ha habido momentos de aprobación también han estado los de expulsión, tal como recordó el guitarrista Mike. “Una amiga nos llevó a una fiesta pero no sabíamos que era de 15 años. Repartieron el pastel y comenzamos a lanzárnoslo entre nosotros y por mala suerte le cayó un pedazo a la mamá de la cumpleañera. Ahí nos dijeron ‘amigos, tengan la amabilidad de retirarse”.
Era el turno de los percusionistas, empezando por el baterista Andrés. Para él, un momento crucial fue al inicio del grupo cuando en menos de mes y medio el grupo pasó de ser un trío a tener hasta 12 personas. Por otro lado, su colega Pepe no ha olvidado cuando se dirigió al público en Francia por ser el único que raspaba el idioma y recibió una respuesta efusiva.
Dennis (también de percusión) no dejó escapar el día en Riobamba en el que, disfrazados de luchadores, desbarataron el hotel por jugar a las luchas. Para terminar, el vocalista Andre-T repasó el debut del grupo. “No nos dieron comida, ni hotel. Fue ida por vuelta en bus a Guayaquil en una tarima con barriles e iluminación con un foco. (…) Se armó un pogo gigante. Ahí dije ‘esto tiene algo que hace que la gente explote”.