Los baños de purificación con hierbas amargas y dulces son una tradición para recibir el año Nuevo en Latinoamérica. Foto: Guillermo Legaria/AFP
Espigas y flores amarillas, baños de hierbas y de champaña, vueltas a la manzana con una maleta, lentejas en el bolsillo, papas bajo la cama y el ritual de las 12 uvas: en buena parte de Latinoamérica, el fin de año se festeja con cábalas.
Una de las costumbres más comunes viene de España y consiste en comerse 12 uvas con cada una de las 12 campanadas de la medianoche del 31 de diciembre, preferiblemente seis moradas y seis verdes.
“En mi familia hacemos paquetitos para que cada uno pueda pedir sus deseos”, contó a la AFP Tatiana Ariza, un ama de casa colombiana, aclarando que nadie debe enterarse de las peticiones “porque no se cumplen”.
En Cuba, donde las uvas debieron ser olvidadas tras un período de escasez, la gente recorre el vecindario con una maleta para propiciar viajes en el nuevo año, algo que cumplen religiosamente muchos latinoamericanos.
“En 2012 corrí cargando las maletas, pero viajé a Europa. Hice lo mismo en 2013, y me fui a Argentina, así que fijo lo hago este año”, aseguró a la AFP Carla Romero, una comunicadora organizacional de Quito.
Varios barren u ordenan su casa para librarse de energías negativas. En México, incluso lavan la entrada del hogar. Y en Uruguay y en Cuba la gente lanza cubos de agua por la ventana para limpiar todo lo malo.
“Los cambios de tiempo exigen ritos. Desde Centroamérica hasta la Patagonia, estos ritos heredados del paganismo, de la Antigua Roma, de los egipcios, combinados con tradiciones amerindias y de la cultura afro, marcan cada fin de año”, explicó a la AFP Fabián Sanabria, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
Según el experto, aunque las sociedades más secularizadas están menos apegadas a fetichismos, las incertidumbres del mundo contemporáneo hacen que cada vez más personas, de todo estrato social, apelen a la magia. “Es el agosto de los astrólogos y de los horóscopos”, agregó.
Ropa íntima para la pasión
Los deseos de salud, dinero y amor se repiten por doquier, algo que el empresario colombiano Santiago Delgado supo monetizar con su ‘Agüero Box’, una caja que incluye todo para cumplir siete tradicionales cábalas de fin de año. Este diciembre, vendió unas 2 000 unidades a USD 13.
Como muestra del peso de la religión en estas fechas, la caja trae también el Salmo 91, junto con las tradicionales lentejas para la bonanza económica.
Otros buscan la buena fortuna con tres monedas chinas atadas con una cinta roja, con dinero en el zapato y hasta con tres humildes papas.
“Yo acostumbro a tener tres papas: una que pelo totalmente, otra a la que le quito un poco el pellejo y una tercera que dejo intacta. Luego las meto bajo la cama y a las 12 de la noche saco una al azar. Si saco la que tiene toda la cáscara me va a ir bien, pero si saco la que pelé tendré un año difícil”, dijo Víctor Carreño, un comerciante colombiano.
Las espigas de trigo, símbolo de prosperidad, se ven en adornos con otros granos o con imágenes de ángeles o de la Virgen de Guadalupe o la Milagrosa. “Esto asegura abundancia”, afirmó Gloria Durán, que los vende en el barrio bogotano de Suba.
El amarillo, asociado con la felicidad y la amistad, dice presente en ramos de flores. Y en anteojos, camisetas y ropa interior femenina, que en Perú y Ecuador se compran por docenas.
En Uruguay y Argentina, sin embargo, los interiores para la suerte en el amor deben ser rosados, y en Colombia y Ecuador muchas los prefieren rojos, el color de la pasión.
Otra estrella de la temporada son los baños. En los mercados, los yerbateros arman atados de hierbas amargas y dulces para los enjuagues de purificación.
Según explica Andrea Morales, encargada de un local de plantas medicinales del mercado Paloquemao de Bogotá, hay que echarse el preparado de hierbas en el cuerpo y dejar que se seque para asegurarse dicha y éxitos.