En la Ciudadela El Ejército, moradores llenaron bidones con agua de los tanqueros. Patricio Terán / EL COMERCIO
Entre ollas, bidones, baldes y hasta ensaladeras, 15 recipientes llenos de agua quedaron organizados en la cocina y en el baño de la casa de Fanny Pérez, ubicada en la segunda etapa de la Ciudadela El Ejército, en el sur de Quito.
El agua de las ollas -dijo la mujer- la destinará para cocinar, mientras que la de los baldes la usará su familia de seis integrantes para el baño. Ahí acomodó los recipientes más grandes de plástico.
Pasadas las 14:00 de ayer 22 de febrero del 2020 , la mujer y su esposo, Luis Cadena, aprovecharon para abastecerse con el agua que uno de los 26 tanqueros repartió en siete parroquias del sur de Quito, tras la suspensión programada del servicio, debido al cambio de dos válvulas en la Estación La Moca.
Desde ahí se distribuye agua a la Planta de Tratamiento El Troje, que abastece del líquido a cerca de 350 000 personas que viven en el sur de Quito.
Desde las 08:00 de ayer, los tanqueros se desplegaron por 149 barrios de Chillogallo, La Argelia, Guamaní. La Ecuatoriana, Ferroviaria, Quitumbe y Turubamba, para que los moradores recojan agua.
Leticia Cortez, moradora del sur, cuenta apenas con dos baldes y una olla, que llenó con agua la mañana de ayer 22 de febrero. Tras limpiar el baño y trapear el piso de su casa, uno de los baldes quedó vacío, así que salió para volver a llenarlo.
Ayer, los tanqueros recorrieron las calles de estos barrios hasta pasadas las 17:00, para entregar agua en la puerta de las viviendas y así evitar que los moradores carguen peso por trayectos largos.
Rubén Lovato estuvo a cargo de la logística del abastecimiento. Comentó que durante el primer día no hubo tanta demanda, debido a que los ciudadanos estuvieron alertados y se abastecieron antes del corte. Prevén que la demanda sea mayor hoy 23 de febrero del 2020, por lo que los tanqueros empezarán sus recorridos más temprano, a las 07:00.
Desde el mediodía de hoy, las zonas bajas del sur empezarán a recibir agua y 24 horas más tarde el servicio se habrá restablecido por completo, indicó Guido Andrade, gerente general de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps).
El retiro de las viejas válvulas les tomó alrededor de seis horas a más de 30 trabajadores de la Epmaps. Tras 25 años de trabajo, estas se deterioraron y causaron irregularidad en el flujo de agua.
Andrade explicó que la colocación de las nuevas válvulas, que pesan 8 toneladas cada una, toma más tiempo, ya que se fijan por medio de un sistema de pernos y bridas.
Así que el trabajo se volvió más minucioso a medida que se acercaba su terminación, señaló. “Las válvulas tienen que alinearse y sujetarse. Los pernos requieren el ajuste adecuado para evitar fugas de agua”.
Luego del ajuste de pernos se realizó la calibración electrónica de los paneles de control del sistema de apertura y cierre de válvulas, antes de reiniciar el llenado de la línea.
El alcalde Jorge Yunda señaló que el cambio debió hacerse hace cinco años, ya que entonces las válvulas cumplieron su vida útil.
Con las nuevas válvulas de fabricación europea, de 30 pulgadas cada una, la Epmaps busca garantizar el servicio básico para el sur de la ciudad durante otros 25 años.
El gerente de la empresa indicó que se pagaron cerca de USD 8 000 por cada válvula, que corresponde al 10% del deducible de la póliza de seguro de las válvulas antiguas. El precio real de cada una es alrededor de USD 80 000. La cobertura se dio porque las viejas válvulas sufrieron un colapso debido a una placa de acero que transitó a través de ellas.
Pese a que la colocación de los nuevos equipos en La Moca debían culminar alrededor de las 18:00 de ayer, el gerente de la Epmaps explicó que la recuperación del flujo en las tuberías toma tiempo, debido a la presencia de aire y a la cantidad de tuberías. Son 2 200 kilómetros de ellas en el sur.
Paralelamente, ayer se aprovechó para dar mantenimiento a la Planta de Tratamiento El Troje. Se limpiaron canales, filtros y cámaras de contacto.