Trabajadores de la empresa Claro realizan una revisión de equipos en Guayaquil. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Como un tren que requiere de más vagones para transportar mayor cantidad de personas, las operadoras telefónicas necesitan de acceso a más frecuencias en el espectro radioeléctrico para transmitir más cantidad de información (bits) en la red y a mayor velocidad.
Ecuador cuenta con la mayor disponibilidad de espectro radioeléctrico en la región, pero es el país con la menor asignación (26,9%). Es decir, está subutilizado. Uno de los motivos, según las operadoras, son los altos costos que deben pagar por la concesión y su uso.
El espectro es un recurso natural administrado por el Estado, a través del cual se transmiten las frecuencias de ondas electromagnéticas, que permiten la provisión de servicios de telecomunicaciones.
Para el desarrollo del servicio móvil avanzado en el país se distribuye de la siguiente manera: Claro (Conecel) cuenta con 95 megahertz; Telefónica Movistar (Otecel), con 85 MHz, y CNT, con 100 MHz. Las asignaciones se reparten entre distintas bandas.
La actual concesión a las operadoras privadas data del año 2008 y tiene una vigencia de 15 años. En 2015, tras alcanzar negociaciones con las operadoras, se realizó una nueva asignación, para una ampliación del espectro otorgado en 2008, bajo la modalidad de adjudicación directa, que permitió el despliegue de la red 4G y mejorar la calidad de 2G y 3G.
Por la renovación de la licencia en 2008, Claro pagó al Fisco USD 480 millones, mientras que Telefónica canceló USD 220 millones. Para el 2015 las dos operadoras dieron, en conjunto, USD 330 millones por el uso del espectro, hasta el 2023, según datos del Mintel.
Adicionalmente, deben pagar un costo mensual por su uso, para lo cual se utiliza una fórmula de cálculo, que a juicio de la firma Claro mantiene variables que no corresponden con la realidad actual del mercado, haciendo que sea “hasta 10 veces más alto de lo que técnicamente corresponde”.
Para noviembre de este año, el Mintel prevé lanzar a concurso las bandas de 700 megahertz y de 2,5 gigahertz, con el fin de aumentar la asignación del espectro hasta un 82%, dijo en mayo el titular de la Cartera, Andrés Michelena.
El Gobierno, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, persigue un cambio de modelo con esta asignación, que motive la inversión privada en infraestructura de redes y, en consecuencia, lograr un incremento en la penetración del Internet móvil, que actualmente es del 43,8%.
Michelena citó el caso de Chile, donde las firmas pagan un costo irrisorio al Fisco por el uso del espectro, a cambio de mayor inversión.
Entre 2008 y 2015, las dos multinacionales invirtieron en el país USD 1 958 millones, según datos del Ministerio, que corresponden a informes auditados.
En 2017, Claro anunció que en los próximos tres años invertiría USD 450 millones para expandir su cobertura y proveer servicios de última generación. Y ya ha invertido más de USD 200 millones, dijo.
La Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) invirtió entre 2008 y 2015 la suma de USD 1 724 millones y en los tres años siguientes otros USD 396 millones.
La mayor parte de esos recursos se destinó a una nueva red de acceso por fibra óptica hasta el abonado y al despliegue de las redes móviles de tercera y cuarta generación. Sobre el futuro concurso de asignación, la estatal indicó que analizará la necesidad de espectro, “en función de las obligaciones derivadas de las políticas públicas”.
“El cambio de modelo es lo más positivo porque se busca una ampliación de la red. Esto lo hemos propuesto desde hace algún tiempo. Hemos tenido conversaciones con los ministros de Economía y Telecomunicaciones”, subrayó Jorge Cevallos, director ejecutivo de la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones (Asetel).
Claro observa con “optimismo” los nuevos lineamientos planteados por el Mintel. “No solamente se trata de asignar nuevo espectro para la introducción de nuevas tecnologías, sino de revisar paralelamente los costos, barreras de ampliación, criterios de asignación y la seguridad jurídica”, consideró la empresa.
Michelena explicó que el cambio de modelo requerirá de una reforma a la Ley de Telecomunicaciones, que permita mejorar las condiciones para atraer la inversión.
El valor normalizado internacionalmente para medir el pago por asignación de espectro se expresa en: costo (USD) por cantidad de espectro asignado en MHz, población del país y años de concesión.
Según un ranking de la consultora Afianza, que compara los montos pagados por firmas móviles para la entrega de espectro en varios países de la región, desde 1997, la multinacional Claro canceló en Ecuador el costo más alto por espectro asignado, en 2008. En último lugar, con el valor más bajo, se ubica VTR en Chile, anota el estudio contratado por Claro.
El estudio Reforma del sistema tributario del sector móvil en Ecuador, presentado por la organización GSMA a finales del 2018, señala que el pago recurrente por el uso del espectro representa el 6% de los ingresos del sector, uno de los costos