En la fábrica de confecciones Impactex, en Ambato, se terminó los contratos con 10 maquiladoras que daban apoyo. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Las consecuencias de un año difícil ya se observan en el ámbito laboral y las empresas de diferentes sectores han tenido que reducir personal para ajustarse a la nueva realidad del país.
La caída del precio del petróleo, la apreciación del dólar, la falta de ahorros, etc., han provocado una reducción de la liquidez y una caída de la inversión, el consumo y las ventas.
Santiago Jijón es dueño de una compañía mediana de cáterin que tiene contratos con empresas públicas y privadas. Dice que el año pasado tenía 76 colaboradores y ahora son 36.
Durante este año ha palpado una reducción en la demanda de contratos a escala general. Las grandes empresas han empezado a ofrecer sus servicios a sectores que eran atendidos por las medianas y estas, a su vez, han tomado el lugar de las pequeñas. “Nos estamos quedando sin trabajo”.
Con las empresas privadas tenían ocho contratos hasta el año pasado y ahora quedan tres. Mientras que en el sector público pasaron de seis a uno.
Una situación similar es la de Milton Altamirano, dueño de Impactex, una firma de confecciones en Ambato. “Hemos reducido en un 50% la mano de obra. Es lamentable, el sector textil vive una situación muy crítica. Nadie compra, nadie quiere invertir, nadie quiere arriesgarse”.
Este momento la empresa cuenta con 100 empleados, pero recortó otros 100 pertenecientes a 10 maquiladoras. “Tuve que suspender el trabajo ya que no lo puedo sostener. Si no se vende y el cliente no paga, ¿qué hacemos? El tema de las ventas nos tiene ahorcados”.
A inicios del 2015 fabricaba entre 15 000 y 18 000 docenas de diferentes prendas, pero ahora, en el mejor de los casos, llega a 8 000 docenas. Hoy prefiere no endeudarse y ha bajado la demanda de insumos, ya que tiene más de 45 000 docenas embodegadas, que espera vender en Navidad. Si la situación no mejora tiene previsto cerrar la fábrica.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la tasa de desempleo se ubicó en el 4,28% en el tercer trimestre de este año, apenas 0,38 puntos más que en igual período del año anterior. Pero la calidad del trabajo se ha venido deteriorando a lo largo del año y el empleo inadecuado ya se ubica en el 49,2%.
Un estudio de la consultora AMS Andean Ecuador, de finales de septiembre, revela que las desvinculaciones realizadas en el primer trimestre del año estuvieron entre el 7,5% y el 30,7% del personal, dependiendo de la actividad económica.
En el sector petrolero, el 45% de las empresas aseguraron que se encuentran en procesos de reestructuración debido a la caída del precio del petróleo. En la construcción los despidos se deben a la finalización de proyectos y de contratos, producto de un menor dinamismo de la obra pública.
El menor dinamismo de la economía, la falta de liquidez y la menor inversión tienen un efecto general, que también afecta al comercio, la industria, el sistema financiero, etc.
Los medios de comunicación no han sido ajenos al recorte de personal. Grupo EL COMERCIO, por ejemplo, ha ajustado su nómina un 20% a lo largo de este año, en diferentes áreas.
Nelson Erazo, miembro del Frente Popular y dirigente sindical, indicó que en total 3 000 trabajadores habrían sido separados de sus puestos de trabajo este año en otros sectores como florícola, ensamblador, etc.
A través de un listado que entregó a este Diario evidenció que 115 personas habían salido de la ensambladora Ómnibus BB (Botar) en este año. La compañía no se pronunció sobre el tema, aunque los cupos a las importaciones han obligado a ajustar la producción.
Álex Guamán fue uno de los que salieron el pasado 31 de octubre y se desempeñaba como operario desde hace seis años. En el departamento de Recursos Humanos le indicaron que su salida se debía a las bajas ventas de la empresa.
Está preocupado porque tiene que pagar deudas que ascienden a USD 10 000, por un préstamo que adquirió para comprar un auto y otros gastos. Ahora trabaja en una papelería hasta hallar otro empleo.
José Cruz se desempeñaba como supervisor de mantenimiento en la ensambladora Maresa y su salida también obedeció a la situación del sector. La firma prefirió no hacer declaraciones sobre este tema.
La crisis de empleo también se siente en las colocadoras de personal. Eso se evidenció en la reciente feria laboral que se realizó entre el 17 y el 18 de septiembre en la Agencia Metropolitana para la Promoción Económica, que opera como mediadora para la oferta y demanda de trabajo, en Quito.
Hasta el año pasado llegaban unas 3000 personas, pero este arribaron 6 000. De estas, según Javier Caicedo, técnico en el área laboral de la Agencia, 4 000 eran desempleados y el resto gente que busca mejorar su situación laboral.
Cifras de desempleo en el país
En contexto
Conquito explicó que registra un incremento del número de personas que buscan trabajo. La base de datos tenía 11 130 inscritos a fines de noviembre, es decir, un 30% más que el año pasado. Hay gente desempleada y jóvenes que buscan incorporarse al mercado laboral.