En el ISM, ubicado en Calderón, se prueba equipos para medir la temperatura. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
En este ciclo 2020-2021, los alumnos de Sierra y Amazonía siguen bajo la modalidad de estudios en casa, para evitar al covid-19. Sin embargo, planteles privados de Quito ya afinan planes para un posible retorno presencial. Aguardan disposiciones de los Comités de Operaciones de Emergencia (COE) nacional y cantonal.
La propuesta del Colegio Internacional SEK (dos en Quito) se presentó al COE como plan piloto, confirmó María Dolores Herrera, rectora.
“Buscamos atender la preocupación de padres con hijos pequeños, que necesitan una guía; ellos no pueden estar con ellos en clases virtuales, están trabajando fuera de casa”, precisó. El plan consiste en el retorno progresivo, escalonado y voluntario de niños de inicial a tercero de básica.
Horarios diferenciados, ingresos distribuidos en 11 puertas, máximo 10 niños por aula y protocolos de bioseguridad constan en el plan.
Si el colegio garantiza que se aplicarán todas las medidas de cuidado, Alejandra M. sí enviaría a su hijo. Aunque él se ha adaptado a las clases virtuales, la madre considera que necesita la experiencia de la educación presencial. La pandemia -comenta- ha provocado que los chicos se aíslen.
El viernes 21 de agosto, la ministra de Educación, Monserrat Creamer, presentó el Plan Piloto de retorno progresivo a las aulas ante el COE nacional. Hasta ahora no se ha informado sobre su aprobación.
De 1,8 millones de alumnos que iniciaron el ciclo, 295 465 son de centros particulares y 1,3 millones, de fiscales. En el sistema público, dijo Creamer, el énfasis para el retorno progresivo está en escuelas unidocentes y bidocentes con hasta 35 estudiantes, que no tienen conexión a Internet.
En el Colegio SEK, de Los Guayacanes, ubican materiales de desinfección de calzado. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
Lo anterior se hará en acuerdo con las comunidades. Desde Arajuno, cantón de Pastaza, por ejemplo, les llegó una solicitud para el retorno progresivo de 66 escuelas.
Para el epidemiólogo Daniel Simancas, reabrir escuelas en este momento sería un error, ya que no existe disminución sostenida de casos en Quito. “El sistema de salud no podría responder ante posibles brotes generados por el encuentro de niños y jóvenes”.
La reducción de hospitalizaciones y muertes, dijo, debería darse por al menos tres semanas. Además, habría que incrementar el número de pruebas y el índice de resultados positivos debería ser menor al 10%.
Autoridades locales consultadas coinciden. El vicealcalde de Quito, Santiago Guarderas, cree que es acelerado aceptar proyectos piloto. “Debemos esperar a que la situación epidemiológica mejore. Hoy es inestable, los números varían”.
En el COE cantonal, aseguró, se ha tratado el tema y “existe un consenso general de no permitir clases presenciales”.
Para el concejal Bernardo Abad, las clases deben mantenerse de modo virtual al menos por el primer quimestre. “Será necesario evaluar la situación luego de unos dos meses del fin del estado de excepción”. Con él coincide su colega Luz Elena Coloma. Además, cree se deberán plantear acciones de detección y actuación ante posibles casos.
Aunque sin intención de presentarlos al COE, los 83 colegios particulares que pertenecen a Federación de Planteles Laicos (Fedepal) trabajan en planes de contingencia para cuando el retorno presencial sea posible, confirmó la presidenta del gremio, Karen Mejía.
Los 42 planteles de Corpeducar definieron en una asamblea que es necesario tener planes piloto. Pero no hay una fecha de entrega para su aprobación, dijo Vinicio Aldaz, secretario ejecutivo.
La presentación de planes de retorno al COE es opcional, aclaró Creamer. “No queremos que sean muchos colegios, si es piloto deben ser pocos para monitorearlos”.
Otros centros privados como el ISM o el Terranova también se preparan. En el primero adecuaron espacios para funcionar con el 50% de aforo en modalidad semipresencial, con la otra mitad de chicos estudiando desde casa, señaló Ericka Andrade, de seguridad y salud ocupacional. Colocaron señalización y pediluvios para desinfección de calzado. Separaron sillas y habrá supervisión en áreas verdes.
En el Terranova preparan insumos para desinfección con ozono. Importan equipos, entre ellos pantallas de reconocimiento facial para apertura de puertas y registro de temperatura, indicó el rector Gustavo Ramos. De aprobarse el plan de retorno progresivo sería desde el segundo quimestre.