Los verificadores de firmas en el Centro de Control Electoral, operando uno de los ocho sistemas con los que cuenta el órgano electoral del país. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
El 1 de agosto del 2019, la Contraloría emitió el resultado sobre un examen a los sistemas informáticos e infraestructura tecnológica usados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) entre el 2013 y el 2018. Hasta el momento no se han efectuado los cambios sugeridos.
El examen fue solicitado por el contralor subrogante, Pablo Celi. Entre las principales conclusiones se predeterminó que para los procesos electorales del 2017 y del 2018 no se contó con un sistema informático integrado.
También se cuestionó que el Registro Electoral y la transmisión y publicación de resultados no presentaran controles de validación. Esto ocasionó que “no se garantice la integridad, confiabilidad y disponibilidad de la información”.
Siete meses han pasado desde que se conocieron los resultados de ese examen. Actualmente, el CNE cuenta con la planificación para realizar los cambios en los sistemas, pero sin ninguna acción específica.
El CNE informó que están a la espera de que en el Pleno se apruebe el Plan Operativo Electoral para que el Ministerio de Finanzas entregue los recursos que se requieren.
En ese plan se detallan las acciones que se tomarán para cumplir con las mejoras sugeridas, además de otros cambios para los comicios del 2021.
El tiempo es apretado. De acuerdo con la planificación, hasta el 15 de marzo próximo deben estar aprobados tanto el plan del CNE como el presupuesto para el desarrollo de las elecciones presidenciales.
El CNE cuenta desde enero pasado con un diagnóstico a los sistemas informáticos y con la planificación de las actividades.
Respecto de la recomendación de Contraloría sobre enlazar los sistemas, el órgano electoral informó que sí se trabajará en un sistema que sea integral para el 2021. El CNE opera ocho sistemas que trabajan de forma separada.
No solo el tiempo está en contra. Dentro del Pleno no hay consenso sobre la necesidad de comprar nuevos equipos, como parte de la reingeniería de los sistemas.
La posición de la presidenta de la entidad, Diana Atamaint, es que esos nuevos equipos son necesarios para el adecuado desarrollo del proceso electoral que se aproxima. Los vocales de minoría, Enrique Pita (vicepresidente) y Luis Verdesoto, sostienen que lo mejor en las actuales circunstancias es repotenciar los equipos con los que cuenta el CNE.
El 11 de febrero pasado, Atamaint informó que de 162 servidores que se usan para el procesamiento de actas, 158 cumplieron su vida útil, lo que significa que el 98% de esos equipos están obsoletos.
Sin embargo esa cifra no se refiere a todos los equipos con los que cuenta el órgano electoral. La explicación que tiene el CNE es que requieren nuevos servidores -en la matriz y en las delegaciones provinciales- para el procesamiento de datos. El organismo mencionó que los que utilizan actualmente son del 2012 y tenían una vigencia de entre cuatro y cinco años.
Según la entidad, existen equipos quemados, dañados y otra parte que no tiene la capacidad para soportar una reingeniería. Además, el CNE considera que no solo se trata de tener un nuevo software sino de equipos que soporten los nuevos requerimientos.
En esto no concuerda el vocal Verdesoto. Para él, el tema de la reingeniería es definir qué es lo que se quiere lograr. Señaló que no es solo una cuestión de equipos, que bien podrían ser repotenciados.
Verdesoto dijo que los cambios deben girar alrededor de lo detectado por la Contraloría y por los mismos expertos que convocó el CNE. Ambos, indicó Verdesoto, han detectado “anomalías” en los sistemas.
Por su parte, Enrique Pita puntualizó que los informes de Contraloría no hablan sobre equipos sino sobre procesos. El vicepresidente recordó las declaraciones de Enrique Mafla, quien fue asesor de Diana Atamaint hasta el año pasado. Según Pita, ese exfuncionario habría mencionado que no se trata de comprar equipos sin un direccionamiento claro.
Mafla, en una entrevista para Ecuavisa el jueves 27 de febrero, señaló que estas decisiones de compra de bienes y servicios tecnológicos deben estar basadas en un sistema de gestión y tecnología. La ausencia de ese sistema “es el mayor déficit del CNE”, dijo el exasesor.
“No se puede tomar una decisión solo en vísperas de una elección. Lo que debe haber es una planificación de la capacidad y que se presenten los estudios técnicos que respalden estas decisiones”, señaló.
Para el cambio de equipos, el CNE maneja un presupuesto aproximado de USD 2,8 millones. Se prevé que el martes próximo se realice la sesión ordinaria en la que la presidenta del CNE incluirá en el orden del día la aprobación del presupuesto electoral.
Otro pendiente para el órgano electoral es la realización de tres auditorías independientes: al padrón electoral, a la plataforma informática y al sistema de verificación de firmas. El CNE espera una respuesta de Contraloría sobre si está en la capacidad de hacerlas.