Los Visconti en un disco de dúos necesarios

La artista Paulina Tamayo cantó junto a Abel Visconti, en Ecuador. Fotos: losviconti.com

La artista Paulina Tamayo cantó junto a Abel Visconti, en Ecuador. Fotos: losviconti.com

La artista Paulina Tamayo cantó junto a Abel Visconti, en Ecuador. Fotos: losviconti.com

Desde que debutaron musicalmente en 1950, Los Visconti dejaron una colección de canciones imprescindibles para adentrarse en el folclor latinoamericano.

Hoy la historia del dúo bonaerense, conformado por los mellizos Abel y Víctor Visconti, renace y crece con el lanzamiento del álbum ‘Dúos que llevo en el alma y el corazón’.

A sus 88 años, Abel es la voz y la memoria viva del legado musical que construyó junto con su hermano Víctor, fallecido el 2003 a causa de un cáncer.

Su música se caracterizó por el aire romántico y emotivo de sus canciones que sonaban a ritmo de zamba, bambuco, tango, bolero, milonga y, sobre todo, vals criollo, por lo que fueron conocidos como ‘Los reyes del valsecito criollo’.

Con la música como motor de vida, Abel decidió emprender esta nueva producción seleccionada, diseñada y dirigida en conjunto con su hija Graciela Visconti y lanzada bajo el sello de Sony Music.

El álbum se presenta como una síntesis musical de 35 temas, divididos en dos volúmenes, que recorren siete décadas de trayectoria musical.

El título del álbum hace referencia a los talentosos invitados con los que Abel comparte la interpretación de la mayoría del repertorio escogido.

“Mientras estuvimos pensando en las voces, se nos fue apareciendo el repertorio, porque íbamos asociando la voz y estilo con distintas canciones”, explica Graciela, sobre la forma en que se conectó cada tema con un intérprete invitado.

“No grabé con cualquier intérprete y me ofrecieron una lista larga. Yo me quedé con los que me tocan el corazón con sus canciones y su forma de ser en la vida”, confiesa Abel.

En el disco aparecen artistas como Tormenta en Las llaves de mi alma, Héctor Corvalán en La reina de las villas o Facundo Saravia en Zamba de mi esperanza.

“Andate la hice con el Chaqueño Palavecino, cuyos arreglos con violines le dieron un color especial, que suena a mi estilo, pero también a su particular forma musical”, cuenta Abel sobre su tema junto a Óscar Palavecino.

Además del homenaje musical, el disco también es una celebración familiar en la que a Abel se lo escucha cantar junto a su hermano Roberto, en Nieve; su hermana Blanca, en La sombra de un adiós; su sobrino Aníbal, en Villa Mitre; y su hijo Daniel, en Lágrimas de amor.

“Con mi hijo grabamos este hermoso tema de Olimpo Cárdenas. Fue un regalo que Dios me dio por haber grabado con mi hijo”, dice emocionado el artista argentino.

Entre todas las canciones, Mama Vieja es con la que Abel tiene los mejores recuerdos junto a su hermano Víctor.

“Es una zamba que se ha convertido en un himno. En esta canción estuvimos acompañados por la Orquesta Sinfónica de Medellín, tratando de buscar el arte de la música entre cuerdas, poniendo violines y contrabajo. Está cantada en la versión original con mi hermano Víctor, pero con una música que es más celestial”, dice.

En la segunda parte de este trabajo discográfico, Ecuador también estará presente a través de la voz de Paulina Tamayo, en el tema Siempre solo, y del cuencano Ricardo Astudillo, con la canción Tu noche, aseguró Abel.

‘Dúos que llevo en el alma y el corazón’ es un proyecto que muestra la vigencia del folclor latinoamericano en la diversidad de artistas hombres y ­mujeres, de distintos orígenes y generaciones.

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