Cozumel es uno de los mejores lugares en el mundo para practicar buceo. Foto: Wikicommons
Es fácil quedar hechizado en Cozumel. El tamaño de esta isla mexicana es de apenas 48 kilómetros, de norte a sur.
Decenas de turistas llegan cada día hasta este destino de la Riviera Maya, atraídos por las historias de Jacques Cousteau, quien catalogó a este pequeño paraíso como uno de los mejores lugares del mundo para bucear.
Cerca del malecón, en el pueblo de San Miguel, hay varias escuelas de buceo para aprendices y buzos certificados. Existen cerca de 40 sitios para bucear en los alrededores; su profundidad va desde los tres hasta los 30 metros. También es posible practicar otros deportes acuáticos como kayak.
Es, además, un destino que se ha convertido en el consentido de los recién casados. En los recovecos de su naturaleza exuberante esconde lagunas cristalinas, selva, manglares y uno de sus mayores tesoros: los arrecifes coralinos.
Los guías hablan de lo fácil que es perderse entre la selva, pues solo una pequeña parte de la isla está habitada por el hombre; el resto es un territorio virgen, hogar de pequeños mamíferos como mapaches, reptiles y roedores. Con algo de suerte, es probable ver algún venado. No son originarios del lugar. Se dice que algún excéntrico los tenía de mascota y luego los dejó libres a su suerte; la buena noticia es que se adaptaron.
La oferta hotelera de la isla se adecua a todos los bolsillos y gustos. Uno de los hoteles que se distingue, por su concepto, es The Explorean. Allí los huéspedes no solo encuentran un sitio de diseño armónico, con elementos naturales en la construcción. También tienen la oportunidad de explorar el destino en compañía de guías expertos.
Los recorridos incluyen paseos alrededor de la isla para conocer su lado más salvaje, los miradores y playas. Otros se enfocan en los sitios arqueológicos mayas: hay más de treinta.
La isla era considerada un santuario sagrado de la diosa Ixchel, deidad de la luna, la fertilidad y el nacimiento, por lo que recibía peregrinaciones de fieles.
Algunas de las ruinas prehispánicas más famosas que se pueden visitar en la actualidad son El Caracol, El Cedral y en especial San Gervasio, por su relevancia comercial y religiosa. Otra buena alternativa son los kayaks transparentes, en los que se puede recorrer las cristalinas aguas de la isla; parece que las rocas a decenas de metros de profundidad estuvieran al alcance de la mano.