La cuencana Cecilia Ugalde, de 38 años, es directora de la Escuela de Comunicación y Relaciones Internacionales en la Universidad del Azuay (UDA). También dirige una maestría en Comunicación y Marketing y durante 11 horas a la semana es docente.
La cátedra, investigación y dirección administrativa son las actividades que realizan la mayoría de maestros a tiempo completo en las universidades.
Ugalde fue la mejor egresada de la UDA, por ello le abrieron las puertas. Esa es otra característica de la mayoría de docentes que labora a tiempo completo.
Eduardo Calle, de 32 años, y Julio Loja, de 36, son otros ejemplos, pero en la Politécnica Salesiana (UPS). Ambos comparten la docencia con la investigación en ingeniería electrónica y mecánica. También dirigen procesos de investigación en ambiente, energía y automatización. En los últimos cuatro años, la UPS publicó 56 libros propios.
Calle trabaja 40 horas a la semana y no tiene tiempo para laborar fuera de la institución. Cree que la Ley es demasiado fuerte porque les da poco tiempo para elevar su formación.
El sueldo depende de la antiguedad, categoría y funciones. En la Universidad de Cuenca, por ejemplo, el sueldo mínimo es de USD 1 800, en la UDA USD 2 500 y en la UPS 1 300.
Ugalde si dispone de tiempo y por su especialidad realiza trabajos complementarios: desarrollo de proyectos, consultoría y asistencia técnica. Según ella, el Estado debe hacer un estudio real de las necesidades de docentes PhD que requiere el mercado laboral. Su apreciación es que varios profesionales –por cumplir con la Ley- optarán por hacer cualquier PhD.
María Augusta Vintimilla, directora de la escuela de Filosofía, tiene otro reparo: en el país no hay universidades que ofrezcan PhD, por eso están obligados a buscar alternativas en el exterior. Según el rector de la UDA, Mario Jaramillo, cuando se publique la Ley resolverán cómo harán para cumplir la Ley.