Una piscina los protege de la energía radiactiva. El agua actúa de blindaje y evita que la radiactividad ponga en peligro la vida de los investigadores del Laboratorio de Tecnología de Radiaciones de la Politécnica Nacional.
En este lugar se utiliza cobalto 60, un metal que emite energía en forma de rayos gamma, para esterilizar insumos médicos quirúrgicos y alimentos, como harinas, frutas y especerías.Francisco Salgado, oficial de protección radiológica, recorre con su mirada la piscina donde se alberga cobalto 60 cuando no es usado para tratar productos.
Cuando los técnicos necesitan irradiar alimentos, este es transportado de forma automática a la cámara de irradiación, una suerte de búnker.
Las paredes de hormigón macizo de esta cámara, cuyo espesor es de 1,50, hacen las veces de barrera y evitan el escape de energía radiactiva. Los rayos gamma provenientes del cobalto radioactivo penetran el alimento sin dejar ningún residuo en él.
Florinela Muñoz, jefa del Departamento de Ciencias Nucleares de la EPN, explica que los alimentos que son tratados con rayos gamma no transmiten radiación y, por lo tanto, no tienen ningún efecto radiactivo.
Es totalmente inocuo para el consumidor el consumo de estos alimentos. Esta técnica es utilizada desde los años 50 para aumentar la seguridad de los alimentos. Por ejemplo, se puede evitar la transmisión de enfermedades por microorganismos.
Más de 40 países aplican este método para irradiar alimentos.
La cantidad de radiación es estrictamente controlada y se realiza durante un tiempo determinado, que dependerá del tipo de alimento. La fuente de radiación que se utiliza para el tratamiento de alimentos y material médico quirúrgico es, casi exclusivamente, el cobalto 60.
Este laboratorio, construido en los años ochenta, con el apoyo de técnicos franceses, es el único en el país donde se irradian alimentos con esta fuente radiactiva.
Este lugar se convertirá en una centro de irradiación industrial y dejará de ser solo una planta piloto. Para ello, el Gobierno Nacional prevé destinar alrededor de USD 1’ 300 000 .
Marcelo Gallegos, responsable de este laboratorio, advierte que uno de los objetivos es que el país cuente con una infraestructura mejor equipada para tratar una mayor cantidad de productos.
También se espera convertir a este lugar en un centro de entrenamiento, de especialistas de distintos países de la región, en este campo.
Gallegos apunta que la irradiación es una práctica generalizada y aplicada por muchos países desarrollados para mejorar la sanidad del alimento que será consumido.