Emily Tumipamba integra el selecto grupo de personas que hacen eco del popular adagio: “lo que se hereda no se hurta”.
Ella lleva el arte en las venas; heredó de su abuelo materno y de su madre la pasión por la pintura y el dibujo. Recrea personajes desde que estaba en el jardín de infantes; y ahora, con 19 años, se perfila como una de las promesas en el mundo del maquillaje artístico.
En redes sociales –TikTok e Instagram– sus seguidores aplauden cada una de sus creaciones; en la lista de fans figuran maquilladoras profesionales e influencers con las que -de vez en cuando- realiza colaboraciones. Cada mensaje de apoyo ‘engorda’ su deseo por perfeccionar la técnica y convertirse “en la mejor del Ecuador”.
Para cumplir con su propósito pinta una y otra vez y, aunque el resultado casi siempre es excelente, pocas veces se conforma; eso también lo heredó de su madre.
“Yo siempre fui muy crítica con su trabajo. Luego de ver sus dibujos le repetía que puede mejorar”, recuerda Alexandra.
Esa misma frase se repite ahora Emily luego de terminar una obra. “Siempre se puede mejorar”.
Esta maquilladora empezó con trabajos nivel I, como ella llama al ejercicio de pintar una cara; ahora es capaz de recrear personajes con efectos profundos -con varias capas-, visiblemente más atractivos.
De aquello da fe el fotógrafo profesional Alexis L. Fares, quien ha trabajado con Emily en varios proyectos, por cerca de un año.
“Es muy detallista. Es propositiva, casi nunca se queda con un diseño establecido. Siempre tiene ideas novedosas; está constantemente generando contenido”.
Juntos, recuerda Fares, sacaron adelante un proyecto basado en los signos del zodiaco. “El resultado fue espectacular”.
Arte para liberarse
Muchas personas meditan o corren para liberar presión. Esta joven maquilladora dibuja y pinta; toma sus pinceles y colores cuando está triste, alegre, decepcionada, ansiosa, estresada…
Así es como -según su madre- se comunica. También lo hace a través de su vestimenta. Le fascinan los tonos naranja, rosado y turquesa. Emily se expresa muy poco con palabras; es bastante reservada.
¿Qué pinta? De todo un poco. Es fan de las brujas y de las calaveras, pero puede caracterizar a la perfección a una muñeca de trapo, a un Venom o a los protagonistas de la película ‘El Rey León’.
El simbionte capaz de autogenerar sus defensas, Venom, que pintó en su rostro en octubre de 2021, sumó alrededor de 1 000 ‘likes’ y 100 comentarios en Instagram.
“Te quedó de otro mundo”, le escribió una de sus seguidoras. Su madre también aplaudió el resultado final. “Es muy bueno”.
La idea de darle vida a uno de los villanos más populares del Universo Marvel surgió después de ver la película; son momentos de inspiración que Emily aprovecha al máximo en su habitación.
Moda para complementar
Emily es dueña de un ‘look’ único; siempre -desde que era una niña- tuvo la libertad para seleccionar sus prendas. Su madre jamás la limitó. “Siempre la dejé ser”.
Fue así como encontró su propio estilo, el mismo que espera plasmarlo en una línea de ropa. Para eso -precisamente- decidió estudiar Diseño de Modas. Está en el Instituto Yavirac.
Ahora mismo se encuentra diseñando un vestido “muy largo” para una mujer embarazada.
Emily está entusiasmada. Será su primera creación oficial; y, como sucede con el maquillaje, trabajará hasta que quede perfecta. Sueña con vestir a figuras destacadas del país. “La moda y la pintura siempre llamaron mi atención”.
De eso se dio cuenta su madre y por eso se animó a patrocinarle su primer curso de maquillaje. Ahora, Emily es quien compra los materiales. Con el dinero que obtiene de su trabajo también alimenta a su mascota. Un maquillaje sencillo, dice, bordea los USD 25. Dependiendo del diseño puede demorarse entre 30 y 40 minutos.
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