En el Centro de Convenciones Guayaquil se realizó un congreso de yoga con invitados extranjeros. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Solo la luz de unas cuantas velas alumbra la sala. El penetrante incienso se adueña del espacio. Y el silencio es lo más preciado en el clímax de la meditación -salvo por el tráfico constante de aviones, que despegan y aterrizan en la pista del aeropuerto-.
Ya al final de la sesión, en el Centro de Convenciones de Guayaquil, los ojos de los participantes se abren lentamente al oír la apacible voz de Surinder Singh.
“Nuestro cuerpo es un instrumento -les dijo, sentado en flor de loto sobre una tarima-. Tenemos que saberlo utilizar para crear una hermosa melodía. Esa melodía es nuestra felicidad, que tenemos que sacarla desde adentro. Y la práctica de yoga nos ayuda”.
Cuando las luces se encendieron, la alfombra opaca de esta sala, tradicionalmente usada para conferencias sobre economía, producción y turismo, estaba teñida con decenas de coloridas ‘mats’, los tapetes que se utilizan para la práctica del yoga.
Durante este fin de semana, más de 100 personas se congregaron para crear un ambiente de equilibrio, sosiego y salud integral como parte del Sadhana Yoga Conference, que empezó el pasado viernes en Guayaquil.
El encuentro se realiza desde hace cuatro años en la ciudad. Su objetivo es demostrar que el yoga y la meditación han pasado de ser una moda para convertirse en un estilo de vida.
El conferenciasta Surinder Singh de la india también participó en el encuentro de yoga. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Gina Marengo practica yoga desde hace más de 17 años. Es instructora de la Asociación Escuela de Autorrealización (AEA), de Guayaquil, y está convencida de que el yoga es un hábito que cambia la vida. “La respiración es el alma de todo lo que realizamos. El yoga nos ayuda a hacer las cosas con mucha conciencia y a vivir el día”.
Patricia Torres descubrió esta práctica hace seis años. Recuerda que los dolores a causa de varias hernias desaparecieron desde que tomó clases en AEA. Ahora eleva una pierna a la altura de su cadera y mantiene un equilibrio envidiable al realizar la postura del árbol. “Cada postura nos ayuda a liberar las tensiones. Cada postura tiene efectos físicos y fisiológicos en los órganos internos”.
El sábado, en la sesión grupal, ambas repitieron asanas (posturas), bajo la guía de Singh, quien nació en Punjab (India). Él fue parte de los conferencistas internacionales que asistieron al Sadhana Yoga Conference.
Singh asistió a Kaivalya Dham, reconocida institución india en la investigación científica del yoga. Y en los últimos 12 años desarrolló un estilo de práctica del Hatha Yoga, enfocado en una alineación intuitiva que puso en práctica durante su visita.
“El cuerpo es el espíritu. Las puertas, la energía. ¿Cómo podemos tocar la puerta?, en la mente. Cuando todo se junta crean una hermosa melodía dentro”, dijo la noche del viernes, durante el ciclo inaugural de conferencias en la Plaza Rodolfo Baquerizo.
Al final de sus mensajes solo se oyó el eco de los matras, un conjunto de sílabas que resuenan como cánticos eternos.
Otros ‘yoguis’
Víctor M. Flores, conocido como Senge Dorje, también fue parte de los conferencistas. Abandonó su trabajo como director de marketing en una multinacional para fundar el Instituto de Estudios del Yoga.
El español Carlos Pomada habló sobre el yoga en la vida diaria. Ha caminado en el sendero de la tradición del yoga por más de 40 años. Nueve de ellos los pasó en la India, cuando aprendió diversos sistemas de filosofía.