Tres sagas cinematográficas iniciadas hace más de tres décadas vuelven al cine con mejor definición, efectos y una experiencia sensorial distinta. Foto: Captura
De tantas películas que han pasado por la cartelera de los cines, hay algunas que se han arraigado en la memoria colectiva como parte de la cultura popular, ya sea porque en su momento sorprendieron con una producción innovadora, con una trama fuera de lo común o personajes memorables.
Títulos como ‘Jurassic Park’ (1993), ‘Terminator’ (1984) o ‘Mad Max’ (1979) no solo son capaces de evocar algunos de esos elementos sino que vuelven al cine, apelando a la curiosidad de unos espectadores que quieren retomar algunas historias pendientes y de otros que se encuentran por primera vez con el espectáculo de estos míticos universos creados para el entretenimiento.
‘Jurassic World’ se estrena como la continuación de una historia que empezó en 1993 con Steven Spielberg. En la nueva cinta, el parque temático donde cohabitan humanos y dinosaurios es una realidad.
Chris Pratt es el actor que toma la posta a Sam Neill en una cinta que despliega efectos especiales que mejoran indudablemente la experiencia sensorial del espectador.
“Han pasado 22 años y tanto la sociedad como la tecnología son diferentes. Los niños que vimos la primera película pensábamos que aquello era un milagro. Hoy están acostumbrados a cosas que nosotros ni imaginábamos entonces”, recalcó Pratt en una entrevista a EFE sobre la renovada estética del filme.
Bajo el mismo concepto llega ‘Terminator: génesis’, la quinta entrega de la saga de ciencia ficción de los años 80.
El director Alan Taylor va por su segunda distopía cinematográfica luego de dirigir ‘Thor: el mundo oscuro’. Un trabajo que ya se ha ganado la aprobación de James Cameron.
“Siento que la franquicia ha sido rejuvenecida, que esto es un renacimiento”, dijo el director de las dos primeras cintas del androide destructor que este año vuelve a ser interpretado por el original T-800, Arnold Schwarzenegger.
En el caso de ‘Mad Max’, la renovación llegó por el lado del elenco bajo la dirección George Miller, director de las tres primeras entregas. Tom Hardy sucedió con gran talento y buena química al Max de Mel Gibson en una cinta, catalogada por la crítica como una memorable novela visual.
La película revivió la adrenalina de las peligrosas persecuciones que, como en las primeras cintas, volvieron a ser filmadas en acción real y mejoró su estética posapocalíptica.