En el Pawkar Raymi hay desfiles, rituales, comida y el atractivo mayor son los shows. Foto: Francisco Espinoza/PARA EL COMERCIO
La rutina cambia en las comunidades indígenas de Chimborazo cuando empieza el Carnaval. Hay desfiles, rituales andinos y comidas típicas, pero lo que más esperan los jóvenes son los conciertos de los grupos de música.
Los músicos que emigraron a Estados Unidos, Canadá, España y otros países retornan durante las fiestas, que coinciden con el festejo andino del Pawkar Raymi, para visitar a sus familias y ofrecer conciertos en sus comunidades natales.
Kawsak es uno de los más populares. El grupo recopiló las canciones icónicas de Cacha y está integrado por los hijos y sobrinos de ‘Los Duchicela’, otra agrupación musical que se integró en los años 90.
Ellos viven en San Diego, California. Subsisten con el dinero que ganan de la venta de sus discos y los conciertos que ofrecen en los teatros.
“Nunca nos perdemos un Carnaval con la familia, porque nada es más bonito que volver a la tierra. Es más sagrado que Navidad o Año Nuevo porque también es una fiesta importante para la cosmovisión andina”, cuenta Jesús Morocho, uno de los integrantes.
Sus hermanos, Inti, Diego y Edwin, al igual que sus primos, Wilson Gualán y Manuel Aguagallo, también forman parte del grupo. Han grabado seis discos y participado en varias giras desde que la agrupación se creó en 2005.
“En el extranjero la gente se impresiona con la música andina y con nuestros instrumentos. Son sonidos que nunca se habían difundido, por eso tenemos éxito”, cuenta Jesús.
De hecho, ellos son tan exitosos que lograron costear sus carreras universitarias en el extranjero con los réditos que obtienen de sus presentaciones. Volver definitivamente al país no está en sus planes, pero disfrutar de las fiestas del Pawkar Raymi en sus comunidades sí es una prioridad.
Así es también para los integrantes de Sara Ñusta, una agrupación que se caracteriza por la fusión de los instrumentos andinos de Ecuador y Perú. Elgrupo, integrado por cinco músicos indígenas radicados en Nueva York, ha grabado cinco discos que contienen más de 80 canciones inéditas.
Presentan su show en Estados Unidos y España, pero el escenario que más aman es en su natal Punín, a 20 minutos de Riobamba. “Nuestra música pega en el extranjero. La gente nos pide fotos y nos graba, pero los aplausos de la tierra de uno no tienen comparación”, cuenta Joaquín Tenelema, director de la agrupación.