Entre intervenciones teatrales, políticas, visuales y musicales se presentó ‘Todas mis sangres’, el primer disco como compositora de la artista Ilyari Derks.
Por las venas de Derks corre sangre de dos continentes, la europea de su padre y la latinoamericana de su madre, ambos activistas sociales. De esa amalgama surge ‘cholandesa’, término con el que la propia artista peruano-neerlandesa, criada en Ecuador, describe sus raíces mestizas, que también son la base de su trabajo artístico.
“También he sido ‘grindia’ y estoy pensando en pasarme al ‘vikindia’”, dice sobre una terminología de la que se ha apropiado para expandir su riqueza multicultural, para integrarla al arte.
La música como destino
La música ha sido parte de su cotidianidad y en su entorno familiar también cantan su hermana y hermano, pero fue ella quien desarrolló este arte de manera profesional.
“Es algo que siempre quise, pero a lo que no me atreví a darle la cara”, confiesa. El premio que recibió en el Festival de la Canción Popular Inédita Latinoamericana de Bruselas, Bélgica, en el 2011, con una composición que casualmente se llama Todas mis sangres, fue el impulso que necesitó para confiar en su talento y abrazar el arte como profesión.
Estudió actuación en Bélgica y música con maestros como el ecuatoriano Emilio Lara y el peruano ‘Coco’ Linares, pero la autoeducación ha sido la base de su formación.
Como actriz forma parte del colectivo Yama, desde donde trabaja en la investigación y gestión cultural, así como en la producción de piezas teatrales como ‘Papakuna’.
En 2019 publicó ‘Tributo’, un disco con siete canciones de distintos compositores. Sin embargo, con alrededor de 30 canciones inéditas compuestas en la última década, era momento de dar el siguiente paso y pensar en un álbum inédito.
Un disco que celebra el mestizaje
El sonido y la voz que Ilyari Derks estampa en el disco ‘Todas mis sangres’ es el resultado de experiencias musicales empíricas y una búsqueda muy personal. En su recorrido geográfico y musical se ha ido nutriendo de vertientes musicales tan distintas como el tondero, el huayno, el yaraví, la tonada, la marimba, el rap, la electrónica o el jazz.
“Han sido 10 años de exploración e investigación hasta definir cuál es mi discurso y mi lenguaje musical”, dice la artista, que reúne en ‘Todas mis sangres’ 14 temas propios. Con este proyecto, la artista cierra una etapa musical en su carrera.
Cuando la tendencia en la industria es uniformizar la creación artística bajo determinadas tendencias, Derks apuesta por el mestizaje que define su vida y carrera. “Creo que el arte que hacemos es un reflejo de la vida que llevamos”, dice la artista que interpreta sus canciones en español, inglés, quechua, entre otros idiomas.
En ese contexto, su primer trabajo como compositora es un tributo a la diversidad, en lo sonoro, lírico y narrativo.
“Tengo una manera muy visceral de componer y conforme a la temática busco su ‘vestimenta’ musical”, explica sobre su proceso creativo, que tampoco tiene miedo de tomar posición política.
A la diversidad como eje vertebral se liga la relación del hombre con la naturaleza, el extractivismo y la mujer como los grandes temas que atraviesan el disco. Cotacachi, Wiki, Johnny Snakes, Será que es amor son algunos títulos que embelesan por su estética y contenido.
El amanecer en las cuatro direcciones
Ilyari significa “amanecer” en quechua, y es el nombre que lleva esta actriz, gestora y cantautora como distintivo en la escena artística.
Como en la mejor tradición campesina, la música de ‘Todas mis sangres’ se construye desde la minga, como un ejercicio colectivo.
La creatividad de Derks se complementa con el trabajo musical de Diego Carlisky (guitarra), Matías Alvear (bajo), Fidel Minda (cajón y marimba) y Daniel Sevilla (congas).
Ellos forman parte de Los 4 Suyos, nombre que significa “las cuatro direcciones” y que se deriva de las cuatro divisiones territoriales del antiguo Imperio Inca.
La sinergia musical entre, Ilyari y Los 4 Suyos llega a traducirse como “Amanecer en las cuatro direcciones”. Y de esa sinergia musical se desprende un trabajo musical que celebra el mestizaje y se inspira en luchas sociales como la equidad de género, el respeto a los derechos de la naturaleza y las tradiciones ancestrales.