Olga Guillot, la Reina del Bolero, murió ayer en un hospital de Miami

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Olga Guillot nació para cantar. Con su voz sentimental paseó la canción cubana por el mundo, aunque sus melodías estaban prohibidas en Cuba. Ayer, la Reina del Bolero dejó de existir en el hospital Mont Sinai, de Miami. Sufrió un ataque cardíaco el fin de semana estando en un funeral.

Por su sensibilidad, temperamento y respeto al público recibió reconocimientos de grandes figuras cubanas y extranjeras de la época. “Después del cielo, Cuba, después de Cuba, Olga Guillot”, escribió alguna vez el reconocido cantautor Agustín Lara.

Guillot nació en Santiago de Cuba, en una fecha que nunca reveló, pero fuentes cercanas dicen que fue el 9 de octubre de 1922.

En la Habana formó el dúo Hermanitas Guillot con su hermana Ana Luisa. A comienzos de los cuarenta fue la segunda voz del cuarteto Siboney, dirigido por Isolina Carrillo.

Su pianista Facundo Rivero se percató de las cualidades de Guillot y la ayudó a debutar como solista en el Zombi Club y en los cabarets Sans Souci, Montmartre y Tropicana.

En 1946 la Asociación de Críticos la nombró la cancionera más destacada de Cuba. Dos años después filmó su primera película en México: ‘La venus de fuego’. Luego recorrió casi toda Latinoamérica y en 1954 grabó en Cuba su tema de consagración: Miénteme, de Chamaco Domínguez.

En 1958 hizo su primera gira por Europa . Fue en el Casino de Palm Beach, en Cannes, donde compartió el escenario con Edith Piaf. Cuando dejó definitivamente Cuba con su hija Olga María Touzet -hija del compositor René Touzet- vivió un tiempo en Venezuela.

Poco después el compositor José Sabre Marroquín la invitó a México y allí vivió 30 años.

De su programa ‘Show de Olga Guillot’ surgió José José, su ahijado artístico. “En Cuba silenciaron mis boleros, quemaron mis programas de radio y TV como si no hubiera existido nunca”, dijo Guillot, quien recibió el Golden Palm a la Mejor Bolerista Latinoamericana en 1963.

En los últimos 30 años vivió entre México y Miami. Vicky Roig, amiga de Guillot, dijo que “fue una abanderada de la causa cubana. Todo lo que quería era regresar a Cuba para cantar en Tropicana”. Juntas marcharon en Miami en apoyo a las Damas de Blanco, en marzo pasado.

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