Existen por lo menos cuatro visiones para ver la película ‘Las nadadoras’ o ‘The swimmers’, una de las más vistas
en las últimas semanas la escala mundial en Netflix.
La primera, y más obvia, es como la presenta la propia plataforma; como una historia basada en hechos reales sobre dos deportistas. En ese sentido es una producción que aplica la fórmula de la superación personal frente a conflictos
externos (en este caso una guerra y la consecuente migración) para lograr sus objetivos. La historia cumple y conmueve al punto que estrellas de la cultura pop, como Camilla Cabello, la han recomendado en su perfil de Instagram y eso ha impulsado su éxito.
La cinta narra la historia de las hermanas nadadoras Yusra y Sara Mardini. Ellas deciden escapar del conflicto bélico en Siria, separarse de su familia y arriesgar sus vidas para cruzar fronteras y mar hasta llegar a Alemania. Yusra ha compartido también en su cuenta de Instagram la enorme cifra de horas que se vio en noviembre y diciembre la cinta ‘Las nadadoras’. Solo entre la semana del 28 de noviembre y el 4 de diciembre se miraron 27 040 000 horas y la película estuvo en el ‘top’ 10 de la plataforma de ‘streaming’.
“Sabíamos desde el primer día cuán importante era compartir nuestra historia y la de millones de refugiados alrededor del mundo (…)”, agregó Yusra en su Instagram.
Este primer punto de vista (Netflix la anuncia como una película de deportes) es el resultado de cómo se superan los obstáculos cuando existe amor, disciplina y talento en el deporte. Esa línea narrativa hace que la ficción sea verosímil,
al punto que son literalmente hechos reales.
El problema es que se convierte en una historia de superación con un final casi esperado, pero que tiene un giro político, el de la situación de los refugiados en Europa y de aquellos que los apoyan mientras cruzas las fronteras a costa de sus vidas.
Los refugiados
La segunda visión de esta película es justamente esa, la de los refugiados, la de su travesía para escapar de la pesadilla de una guerra.
En ese contexto, la cinta genera una empatía con el espectador sobre ese cruel viaje lleno de despedidas y de riesgos.
La idea de la natación atraviesa incluso ese viaje desesperante entre Siria y Alemania. Las hermanas Mardini deben cruzar el mar Egeo en una pequeña embarcación. En ella va, además, un puñado de migrantes de otros países de Asia y de África, también en busca de mejores oportunidades en Europa. Es ahí que transcurre un episodio que pudiera ser construido para la ficción y que en realidad ocurrió en la vida real: las hermanas Mardini tuvieron que halar el bote, junto con otras dos personas, para avanzar y evitar que no se hundiera.
Es entonces que este relato y la simbología generada por los testimonios de gente que cruza fronteras exponiendo su vida y, a la vez, entregando su integridad a la de coyotes que trafican con las ilusiones aquí o allá, provoca una suerte
de empatía por el dolor humano.
Lo occidental
La tercera visión sobre la película tiene que ver más sobre su punto de vista, que no es más que el occidental sobre una historia musulmana, es decir que en Occidente está la salvación. ¿Por qué? Las nadadoras alcanzan sus objetivos
gracias a la ayuda de un entrenador alemán. Los problemas se resuelven fácilmente bajo el liderazgo de personajes occidentales; y la vida, simplemente, no es tan fácil.
El filme obvia los matices en que no todos son malos ni todos son buenos y posiciona el discurso de que los occidentales son los salvadores de lo que se muestra como una tragedia musulmana. Y se pudiera entender, porque se trata de una producción inglesa, pero la dirección es de Sally El Hosaini, quien tiene ascendencia egipcia.
Esto deriva en que se convierta en una película de superación, de aquellas en que todo empieza mal y unos salvadores externos ayudarán a cumplir los sueños.
Una dura posición
La cuarta visión (que está entrelíneas a lo largo del filme) refleja una posición política sobre los refugiados, su lucha y supervivencia en el planeta; los prejuicios que existen en la misma Europa y las terribles condiciones de explotación
que ocurren con la migración.
Además, la discriminación que pueden tener en el mismo ámbito deportivo, cuando un objetivo se logra de una manera diferente a los cánones tradicionales. Desde ese punto de vista toca fibras que hacen que valga la pena ver ‘Las
nadadoras’.
Puntuales
EL ARGUMENTO
La vida real. Los hechos descritos en la producción son tomados de la travesía de las hermanas Sara y Yusra Mardini. Las dos son nadadoras profesionales en Siria, pero -debido a la guerra en su país- huyen a Alemania. Ahí viven en condición de refugiadas y buscan conseguir sus objetivos.
EL GANCHO
El dolor y sacrificio. Uno de los momentos más atractivos es una de las secuencias en el mar, cuando las hermanas deben nadar atadas a una embarcación para salvar a un grupo de personas.
Este hecho es tomado de la vida de las nadadoras sirias y exaltado en la producción de Netflix.
EL ELENCO
Protagonistas. Dos hermanas encarnan a Sara y Yusra Mardini: Manal y Nathalie Issa. El entrenador de natatación que ayuda a cumplir el sueño de las natadoras es Sven, interpretado por el actor Matthias Schweighöfer y lo complementa Ahmed Malek, quien da vida al primo de las hermanas.
LAS REFERENCIAS
vínculo cercano. Quizás un punto de vista más profundo y contundente que el de ‘Las nadadoras’ lo tenga el Documental ‘Marea humana’, del director chino y activista Ai Weiwei. El filme muestra las duras condiciones en que se mueven los refugiados y la crisis humanitaria que se genera.
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