Las relaciones sexuales son una actividad trascendental en la vida de las personas, ya que es una forma de conectarse con otros y, también, con uno mismo.
Sin embargo, existe una presión por conseguir el orgasmo cuando se tiene el acto sexual, ya sea en compañía o con uno mismo, no obstante, “el orgasmo es solo un momento de las relaciones sexuales, no es ni la meta ni la exclusividad”, según indica la sexóloga Juliana Correa.
Pero entonces, es necesario entender cuál es el rol del orgasmo en un acto sexual para tener una vida sexual más placentera, responsable y que se base en el disfrute.
Aquí le contamos qué es un orgasmo y le damos algunas recomendaciones para poder llegar a él mientras disfruta del sexo.
¿Qué es el orgasmo?
Según la sexóloga Juliana Correa, quien es la CEO de la empresa EnConfiaza, dedicada a la salud y educación sexual, el orgasmo es “uno de los momentos que atravesamos en el acto sexual, de hecho, un momento muy intenso del encuentro, ya sea con otra persona o mío, si es auto erótico, pero no es el fin último de un encuentro sexual”.
La experta explica que es necesario no entender el orgasmo como el fin que deberían tener los actos sexuales, puesto que solo genera más presión y, por tanto, poco disfrute. Además, afirma que “si le quitamos ese protagonismo y ese trono al orgasmo, tendríamos personas mucho más serenas y mucho más tranquilas, disfrutando de un encuentro sexual, no persiguiendo un orgasmo”.
¿Cómo podría llegar a un orgasmo?
Muchas personas en el mundo, especialmente mujeres, no llegan al orgasmo. Sin embargo, aquí le damos algunos consejos que podría utilizar para alcanzarlo, ya sea en un encuentro sexual o con usted mismo.
Tenga en cuenta que la sexualidad tiene un largo camino por medio del autoconocimiento y el autocuidado, por esta razón es importante siempre priorizar su bienestar y, cuando se encuentre sexualmente con otras personas, debe considerar su cuidado y el de la otra persona.
No se obsesione con conseguir el orgasmo
La sexóloga indica que el primer paso es no obsesionarse con llegar al orgasmo, porque “en tanto es una única intención en un encuentro sexual, desatendemos los estímulos que nos van a permitir llegar en orgasmo, entonces estamos en una relación sexual y entonces yo estoy pensando que todavía no llega, pero qué hago para tener el orgasmo si no me estoy concentrando en todos los estímulos que me están permitiendo, que me está dando mi pareja o que yo puedo estar generando”, manifiesta Correa.
Con esto, la experta señala que lo importante, incluso antes de querer tener un orgasmo, es disfrutar del proceso, ya que así puede ser mucho más satisfactorio cuando logre llegar y para esto es importante que usted conozca su cuerpo para que sepa cuáles son sus zonas altamente sensibles.
Explorar con su cuerpo
Lo anterior va atado a la experimentación con su propio cuerpo, pues le permite que conozca cosas que le gustan y le disgustan y, por medio de esto, usted podrá encontrar una ruta para llegar al orgasmo más fácilmente.
“Si yo nunca me toco, si nunca me miraba el espejo, nunca he fantaseado, pues yo voy adivinando, pero si yo no he tenido un interés genuino en mi cuerpo y más o menos lo intentaba o tengo una actividad recurrente de masturbación, yo sé cómo hacerlo porque ya conozco mi cuerpo”, dice la sexóloga.
Conocer lo que nos gusta también permite trazar límites cuando tenga encuentros sexuales con otras personas y también, para que pueda comunicarle qué es lo disfruta y lo que no para que el encuentro fluya por parte de las personas implicadas.
Escuchar al otro
La comunicación en cualquier tipo de relaciones es fundamental y, en el sexo, aún más. Es por esto que Correa recomienda escucharse atentamente a uno mismo, las necesidades que presente, entre otras, pero también a la persona con la que se encuentre sexualmente. Aunque parezca lo obvio, la experta asegura que cuando tenemos sexo existe demasiada ansiedad en el momento y esto genera que las personas olviden o ignoren lo que ocurre más allá del momento.
“No escuchamos para ejecutar eso que estamos oyendo, sino que escuchamos para reaccionar. Instintivamente, si la otra persona me está hablando con mucha claridad o incluso de su lenguaje corporal, me está diciendo algo y yo estoy con un montón de pájaros en la cabeza, no voy a ser coherente con eso y voy a generar displacer, entonces es super importante hablar de sexo y dentro de las conversaciones del tema escuchar a la otra persona para sentir y para empatizar”.
Continúa sugiriendo que: “Para reaccionar a eso y no simplemente para actuar en el sexo, entonces significa hacer las preguntas oportunas para recibir la información que necesito. No es lo mismo recibir una respuesta cerrada, como sí o no, sino: ¿Cómo quieres esto? ¿Cómo lo intentamos?
No lo fuerce
De nuevo, tenga en cuenta que el orgasmo solo es el fin del acto sexual, si no pasa cuando lo espera, está bien, la situación puede empeorar si lo fuerza.
En caso tal de que ocurra, la sexóloga recomienda que: “Si no pasa cuando estamos esperando que pase, no forcemos el cuerpo, paremos. Podemos retomar la estimulación, la antítesis del orgasmo es la presión, forzar el cuerpo a tener uno y lo que se fuerza no funciona”.
Conexión entre cuerpo y mente
Correa asegura que la conexión entre el cuerpo y la mente es necesaria para conseguir un orgasmo: “El cuerpo es el carro para irnos derechito al placer y la gasolina son las fantasías sexuales, entonces la recomendación sería tener coherencia entre lo que el cuerpo está sintiendo y la cabeza está pensando en los encuentros sexuales. La cabeza y el cuerpo en el mismo lugar”.
Con esto la sexóloga explica que “un buen orgasmo viene trás una muy buena fantasía. Esto no significa que estar con cuatro personas haciendo al mismo tiempo en la cabeza, significa que esos estímulos sexuales tan específicos que a mí me generan excitación, yo los recree en la mente”.
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