Redacción Guayaquil
Casi en punto, los 90 músicos salieron al escenario. Hasta esa hora, 19:35, unas 400 personas llegaron hasta el Teatro Centro Cívico, en Guayaquil. La lluvia no impidió que fueran a esa cita cultural.
Valía la pena hacerlo. La noche de este viernes, la Orquesta Sinfónica de Guayaquil presentó su último concierto de temporada. Y lo hizo con la actuación del cubano Enrique Pérez Mesa, como director invitado, y los violinistas Iván Fabre y Ecuador Pillajo.
David Harutyunyan, director titular, abrió con Aprendiz de brujo, de Paul Dukas. Luego fue el turno del maestro Pérez, quien acompañó a Fabre en su interpretación de Tzigane, de Ravel.
En la segunda parte se presentaron Danza del fuego y Espartaco. Con Reír llorando, danzón cubano, y Guayaquil de mis amores, se cerró la programación. El público aprobó lo que escuchó y dio sonoros aplausos.
En la temporada 2009-2010, la OSG presentó 33 conciertos, siete orquestas de cámara en el Museo Municipal, cinco conciertos didácticos y actuaciones nacionales e internacionales (España, Italia, Estados Unidos).
Harutyunyan dice que la meta, en el corto plazo, es ser una de las orquestas más importantes de América Latina, lo que está cerca de lograrlo. Para ello, se hace hincapié en la capacitación.
Para la nueva temporada (abril 2010-febrero 2011) hay proyectos que incluyen invitaciones internacionales. Se destacan la de México y la de Perú. Además, con el Teatro Nacional Sucre, en julio y noviembre, coproducirán las óperas Elixir de amor, de Donizetti, y La Cenicienta, de Rossini. Hay una amplia temporada en Guayaquil y Guayas y una gira nacional en abril.
Gorki Elizalde, director ejecutivo, señala que la Orquesta ha crecido en lo musical y administrativo. Uno de los objetivos para este año es tener el manejo administrativo del Teatro Centro Cívico, la sede la Orquesta.
Además, las evaluaciones de los músicos son constantes, al igual que la capacitación. 60 integrantes de la Sinfónica estudian su licenciatura en Artes, en la Universidad Espíritu Santo.
En 2009, hubo un presupuesto de USD 1,5 millones, que se reparten en sueldos, mantenimiento, gastos administrativos y servicio. Pero, por gestión interna, se manejaron entre USD 2 y 2,5 millones, que permitieron los viajes al exterior y que funcione el Teatro Cívico, con la contratación de sonidistas, tramoyistas y otros técnicos.