Este 27 de octubre del 2018 se realizó la novena edición de Zombie Walk, en Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Zombies, fantasmas, descabezados, Samara Morgan, la niña de ‘El Aro’; y decenas de Catrinas invadieron hoy, 27 de octubre, la vereda del parque La Carolina que da a la Shyris, donde a diario deportistas de varias edades suman kilómetros a pie o sobre sus bicicletas.
Se reunieron específicamente en la pista de skate -av. Shyris y Eloy Alfaro- y desde ese lugar se movilizaron hacia la avenida Naciones Unidas y Shyris para disfrutar de un corto concierto, compartir y fotografiarse con más amantes del terror. Lo hicieron en el marco de la novena edición de Zombie Walk. Permanecieron en ese lugar hasta alrededor de las 18:30.
La concentración empezó a las 14:30. A esa hora llegaron muertos vivientes con impacto de balas, con la sangre chorreando y rostros desfigurados, despertando la curiosidad de quienes acudieron a ejercitarse y a disfrutar de un paseo. Un hombre tenían una sola mano, mientras que una niña caminaba con una lata de cerveza que alguien le había incrustado en su ojo derecho. Otra, más pequeña, tenía un lápiz atravesado en la nariz.
El terror se apoderó de ese sector del parque, al igual que la creatividad y las sonrisas de decenas de personas que coincidieron en el lugar. Aprovecharon para fotografiarse con quienes encarnaron a esos personajes.
Entre las más buscadas estaba Samara Morgan. La pequeña apareció con una bata blanca y con el cabello mojado. Lo hizo en compañía de su madre, una mujer descabezada, y su padre, un zombie con el rostro desfigurado. Dafne Vega fue quien dio vida a Samara Morgan. Lo hizo con la ayuda de su madre Nora Ortiz.
Ella maquilló a la perfección cada uno de los detalles. Ortiz contó que disfrazarse forma parte de una tradición que ya suma 10 años. Antes lo hacían -junto a su esposo Cristian Vega- con los hijos que ya son mayores de edad. Ahora lo hacen con Dafne y a ella le encanta.
Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
“Me divierto mucho con mi familia y aprendo que ellos –zombies– no son reales”. Ortiz contó que tardaron una semana en fabricar cada uno de los trajes. Su creatividad fue premiada con los aplausos del público que se reunió en ambos puntos del parque para observar detenidamente a cada personaje.
Guason, interpretado por Byron Vaca, fue otro de los más buscados para las fotografías. Llegó a la pista de skate alrededor de las 15:00 en compañía de su hermana Verónica y de su novia Cristina. Ambas le ayudaron a diseñar el traje y a maquillarlo. Utilizaron pintura blanca, labial rojo y papel, goma y gelatina para elaborar las heridas. El trabajo de transformación empezó a las 06:00 y terminó alrededor de las 14:00.
El entusiasmo, según Andrés Barragán, uno de los organizadores, se debe a que el encuentro es considerado como una reunión cultural donde despuntan la creatividad y la diversidad. Se trata de un evento familiar, libre de alcohol y drogas. Zombie Walk empezó hace nueve años y en ese entonces era organizado por Invasión UIO. Barragán está al frente del encuentro desde hace siete años.
Hace dos se unió Viviana Páez, directora de la Fundación Huellas de Luz, que atiende a los más necesitados. Para esa entidad, precisamente, se pidió ayuda de los visitantes: hojas, cuadernos, esferos… “para continuar con nuestra misión de ayudar”, dijo Páez. Los beneficiarios de ese llamado se alternan cada año.
Barragán adelantó que para el 2019 se planean “cosas geniales” para celebrar los 10 años del Zombie Walk. En esta edición contaron con el apoyo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Pichincha.