El Director Colin Trevorrow durante la presentación de ‘Jurassic World’, que forma parte de la saga ‘Jurassic Park’. Foto: AFP
En 1993, el estadounidense Colin Trevorrow era un adolescente de 16 años que ya aspiraba a convertirse en director de cine. Por eso, según él mismo confiesa, ya comenzaba a ver películas como un adulto: “Las miraba, las analizaba y siempre trataba de descifrar el truco detrás de ellas”. Tras una pausa, continúa: “Nada de eso pasó mientras veía ‘Jurassic Park’. Dejé de pensar así“. Para el cineasta, la taquillera cinta de Steven Spielberg produjo un impacto que no ha desaparecido: “Me hizo darme cuenta de que una gran película hace que personas de cualquier edad se sientan como un niño”.
Hoy Trevorrow tiene 38 años y ya es un premiado cineasta formado en el mundo independiente. Sin embargo, aquella experiencia de su juventud se hizo más presente que nunca en 2013, cuando se embarcó en el desafío de ponerse los zapatos de Spielberg y dirigir una nueva secuela, doce años después de la tercera parte que parecía haberle puesto punto final a la saga. El resultado, “Jurassic World: Mundo Jurásico“, debuta mañana viernes 12 de junio en varios países.
La nueva ficción transcurre dos décadas después de los desastrosos eventos que obligaron al excéntrico millonario John Hammond (Richard Attenborough) a abandonar sus sueños de crear un parque de diversiones con dinosaurios reales. Pero la idea no fue abandonada y ahora InGen, su compañía, ha logrado llevarla a cabo. Jurassic World es un exitoso parque ubicado en la misma isla de Costa Rica que, al momento de comenzar la trama, es visitado diariamente por más de 20 mil turistas de todo el mundo.
A cargo del lugar está Claire (Bryce Dallas Howard), una empaquetada jefa de operaciones para quien son más importantes los números y las ganancias que la seguridad de las personas. La otra cara de la moneda la provee Owen Grady (Chris Pratt), el impetuoso entrenador de los velociraptores, que ha logrado dominarlos y que será de gran ayuda cuando, naturalmente, el parque viva una peligrosa crisis.
Apuntando a aumentar las visitas, Claire supervisa la presentación de una nueva atracción: una especie de dinosaurio inexistente en el pasado y totalmente creada en los laboratorios del parque. Se llama Indominus Rex y probará ser un peligroso e inteligente enemigo que logra escapar de la estricta seguridad de su enorme jaula, sembrando el horror mientras avanza peligrosamente hasta el lugar donde están los miles de visitantes. La mujer, en todo caso, demuestra tener sentimientos cuando inicia la desesperada búsqueda de sus dos sobrinos que se han perdido en la zona del caos.
En sus dos horas de duración, la película no solamente es un regreso de la taquillera e influyente franquicia de Spielberg, también un homenaje al filme de 1993. Acá también está la banda sonora de John Williams (aunque Michael Giacchino creó una partitura original), un ataque a los niños en su vehículo, una escena donde los protagonistas sienten compasión por un espécimen que sufre. Incluso la escapada lleva a los personajes a las ruinas del malogrado parque original.
“Sin duda tocar esos hitos fue una decisión consciente“, dice Trevorrow, sentado en uno de los galpones de los estudios Universal, mientras afina detalles para la premiere mundial del filme. “Y lo hice con el máximo cuidado que se pueden imaginar. Traté esas escenas como si fueran un cristal muy fino y las tomé con guantes. Y creo que el truco fue hacer escenas que se sintieran similares, pero al mismo tiempo se vieran frescas. Steven y yo conversamos mucho, pero él me dio total libertad para contar esta historia. Y lo que conversamos es que cada vez que tuviera una escena que citara a la película original, encontraría alguna manera de torcerla y diferenciarla.
“Steven Spielberg me dio total libertad para contar esta historia“.