Desde octubre de 2018, fueron cazados 31 rinocerontes en Botsuana, de los cuales 23 fueron rinocerontes blancos, una especie en peligro de extinción. Foto: EFE
Un total de 31 rinocerontes fueron asesinados por cazadores furtivos desde octubre de 2018 en el delta del Okavango (norte de Botsuana), lo que supone un incremento considerable de la caza furtiva de este animal, en peligro de extinción en todo el mundo. Lo informó el martes 14 de diciembre del 2019, el Gobierno del país.
El pasado octubre, el ministerio de Medioambiente, Recursos Naturales, Conservación y Turismo ya dio a conocer que desde abril habían sido asesinados nueve rinocerontes, aunque desde entonces y en solo tres meses los cazadores furtivos acabaron con otros 13.
“Esto sitúa el número de rinocerontes cazados desde octubre de 2018 en 31, de los cuales 23 fueron rinocerontes blancos y 8, negros“, dijo el ministerio hoy en un comunicado.
A principios de octubre, las organizaciones conservacionistas ya advirtieron de que los rinocerontes podrían desaparecer en Botsuana para 2022 si se mantienen los graves niveles de caza furtiva actuales.
“El Gobierno reforzó considerablemente sus esfuerzos para atajar la situación de caza furtiva con intervenciones que permitieron recuperar algunos cuernos y armas de caza”, explica el ministerio en el comunicado, donde informa de que siete furtivos murieron en estas operaciones, al resistirse a ser arrestados.
La población actual de rinocerontes de este país del África meridional se sitúa solo ligeramente por encima de los 400 ejemplares y la mayoría viven en la zona del delta del Okavango (norte).
Botsuana es también famosa por ser el país del mundo con mayor población de elefantes.
En cuanto a los amenazados rinocerontes, la gran mayoría de los ejemplares que aún existen en el mundo están en la vecina Sudáfrica, una nación en la que la caza furtiva también está en aumento desde hace una década.
Los cazadores buscan los cuernos de los rinocerontes, que se venden sobre todo en los mercados asiáticos, donde se le atribuyen propiedades curativas y afrodisíacas.
En el mercado negro, el cuerno alcanza valores de entre USD 60 000 y USD 80 000 por kilo.