Los nuevos nidos fueron hallados en el norte de la provincia de Pichincha y en Napo. Foto: Cortesía: Fabricio Narváez- Fundación Cóndor Andino Ecuador.
Dos nuevos nidos de águila andina fueron descubiertos este mes (octubre) en el país. Con su hallazgo, ahora son nueve los puntos de anidación en territorio ecuatoriano.
Esta ave emblemática de la región, que ha sido poca estudiada, se encuentra en peligro crítico de extinción. Se estima que solo existen alrededor de 1 000 individuos desde Venezuela hasta el norte de Argentina, a diferencia del cóndor andino, cuya población alcanza los 10 000 especímenes en la misma extensión.
Fabricio Narváez, técnico de la Fundación Cóndor Andino Ecuador, explica que ahondar en los comportamientos, la alimentación y la biología de estos animales se ha convertido en una prioridad para los investigadores de la región.
El hallazgo de dos nuevos nidos en menos de dos semanas es uno de los resultados de este proyecto. Ambos descubrimientos fueron realizados por Sebastián Kohn y el resto del equipo de la Fundación Cóndor Andino, junto con investigadores chilenos como Tomás Rivas Fuenzalida, de la Fundación Ñankulafken.
Narváez explica que, por temas de preservación de la especie, no se puede decir con exactitud el lugar donde fueron encontrados, pero se conoce que los nidos están al norte de la provincia de Pichincha y el último en Napo.
En los dos casos lograron hallar pichones en estos nidos, lo que da esperanzas de que esta especie pueda continuar habitando nuestro territorio y de que se pueda obtener más datos para su conservación.
En estos días, los investigadores se encuentran en el campo haciendo un levantamiento de datos junto con Santiago Zuluaga, quien vino de Colombia para aportar en el monitoreo de estas aves.
Zuluaga, miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), explica que se sabe muy poco de estos animales. De lo que se conoce, estos pueden tener crías cada dos años. A los 10 meses salen de su nido y a los cuatro años están listos para reproducirse. Estas aves son monógamas, pero cuando muere su pareja, suelen buscar una nueva.
Zuluaga cuenta que, con base en los datos obtenidos en Colombia y Argentina, se conoce que la alimentación de las águilas andinas incluye aves pequeñas y roedores. Para identificar su dieta, una práctica es analizar las presas que llevan a sus nidos.
Según Narváez, los hallazgos sobre su alimentación se publicarán en un artículo en el que están trabajando actualmente. En cuanto al promedio de vida, se estima que viven entre 20 y 30 años.
El conflicto humano-animal se ha convertido en la mayor amenaza para las águilas andinas del país. Las personas tienden a matar a los individuos que se acercan a las zonas pobladas. Los juveniles son los más vulnerables, ya que son más confiados e inexpertos.
Narváez explica que con el monitoreo actual, también se busca identificar la percepción que tienen las personas de estos animales para evitar la caza e implementar programas de educación.
En el 2017, se encontraron dos nidos con huevos en Cosanga y en Quijos. En este último, el huevo no continuó su proceso porque la pareja de águilas desapareció.