El llamado camfecting, o intento de piratear una cámara web y activarla sin el permiso de su propietario se ha proliferado a raíz de la pandemia y el teletrabajo.
El erotismo y la intimidad en línea ya no bastan. En el confinamiento por la pandemia, las 'webcamers' colombianas ahora pasan más tiempo escuchando y ofreciendo consejos de todo tipo a clientes que no saben cómo lidiar con el encierro.