En cualquier deporte las apariencias pueden ser engañosas. Julio Recalde, quiteño de ojos claros y sonrisa contagiosa, no es precisamente el tenista más atlético.
Adrián Álvarez está todavía en los albores del tenis y Hugo Minda se niega a colgar la raqueta en el ámbito competitivo. El primero tiene 18 años y el segundo 31.