Mariana de Jesús Paredes y Flores es la primera santa ecuatoriana, canonizada en 1950. A ella se le atribuyen varios milagros, entre ellos la resurrección de una sobrina y de una india. Se le otorgó la calidad de santa por el sacrificio de ofrendar su vida si cesaba el terremoto que azotó a la ciudad de Riobamba en 1645 y las epidemias que abatieron la capital.