El pan –su olor, su textura, su crujido– tiene la capacidad de despertar al ser lujurioso que nos habita; tiene algo que hace que uno lo quiera tocar, oler, mordisquear… cuando lo tiene delante. Es una reacción humana, un impulso atávico, y pasa en cualquier panadería, por eso pasa también en Hay Pan, el juguete nuevo de Jérôme Monteillet Durin, el dueño del restaurante Chez Jérôme.
La carta de contestación de Alexis Mera al asambleísta Galo Lara tiene todas las credenciales para convertirse en un objeto de colección y estudio.