El Banco Central de Europa tomó la decisión de expandir su balance comprando en el mercado bonos soberanos, entre ellos bonos griegos. Las compras de estos bonos se realizaron con descuento ya que los mercados financieros hace rato castigaron los precios de esos papeles. Con la reestructuración de la deuda a puertas, el BCE se opuso a que los bonos que mantiene en su portafolio sean tratados de manera similar a los bonos en manos privadas. Es decir, no estaban dispuestos a asumir las pérdidas por el descuento que Grecia pretende aplicar a la recompra o canje de la deuda. La semana anterior, el Gobierno de Grecia cedió a las presiones del BCE y decidió canjear a la par los bonos existentes por nuevos bonos en condiciones financieras favorables. Esta operación le dejará una importante utilidad al BCE, la misma que será inmediatamente distribuida entre los bancos centrales de los 17 países que conforman la Eurozona. Cada banco central entregará al Fisco las utilidades, las que a su vez servirán para incrementar el fondo de rescate para Grecia. Esta operación será replicada por los bancos centrales de la Eurozona, los mismos que canjearán los bonos antiguos por nuevos bonos a la par. Los nuevos bonos emitidos por el Gobierno griego no tendrán incorporadas dentro de los contratos cláusulas de acción colectiva para asegurar que los bancos centrales no incurran en pérdidas cuando se realice el canje con los tenedores privados. En esta semana Grecia llegó a un acuerdo con sus acreedores privados para asegurar la aprobación del segundo paquete de rescate. Esta operación se constituye en la más grande reestructuración de una deuda pública. Los inversionistas aceptaron un descuento del 53,5% y canjearán los bonos actuales por nuevos bonos griegos y papeles emitidos por la Facilidad para la Estabilidad Financiera de Europa-EFSF. El interés de los nuevos bonos fue fijado en 2% hasta febrero 2015, 3% para los próximos 5 años, y 4,3% hasta 2042. La relación deuda sobre PIB bajará de 160% actual a 120% en 2020. Los inversionistas canjearán el 31,5% del principal por 20 tipos de bonos emitidos por el Gobierno con vencimientos entre 11 y 30 años, y el saldo será canjeado por papeles de la EFSF a más corto plazo. A valor presente, tomando en consideración el diferencial de las tasas de interés y de los plazos, los inversionistas perderán un 74% con el canje. Para evitar que se queden inversionistas rezagados, el Parlamento se apresta aprobar una ley que permite incluir en los nuevos contratos cláusulas de acción colectiva para evitar demandas. Tras 5 años de recesión, Grecia ha llegado con gran esfuerzo a un acuerdo con sus acreedores privados. Pero el programa de ajuste, podría descarrilar el acuerdo.