Y es en este punto en el que llega la ética: Sin importar las muchas regulaciones que existen y las que puedan seguir llegando, la tecnología ha permitido llegar a límites insospechados de capacidad de aprendizaje y con ello de desarrollar metodologías predictivas en patrones de consumo o comportamiento. Ha llegado el momento en el que sentimos que nos conocen mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos. Ese es el momento de parar y reflexionar, abrir un debate quizá más filosófico que tecnológico, pero en el que ambos perfiles se sienten y de definir dónde están los límites y sus consecuencias. Esto será un debate incómodo que seguirá ocurriendo durante años, pero altamente necesario.
En ese debate deberían también estar muy presentes y a evaluación, los distintos procesos de decisión basada en datos que se han ido desarrollando en sectores muy importantes para el ser humano. Corría ya el año 2016 cuando Cathy O’Neill explicaba en “Armas de destrucción matemática” entre muchos ejemplos, como algunos de los modelos matemáticos de los bancos ayudaban a incrementar la desigualdad en la sociedad al cerrar oportunidades de financiación a personas por provenir de códigos postales de bajo poder adquisitivo, y de eso han pasado ya seis años.
Este es un ejemplo muy claro de que la automatización de estos procesos debe estar bajo la atenta y experta mirada humana para que no se comentan errores de una manera inconsciente.
Al principio de todo esto me definí como alguien “notable optimista” y es así, porque creo en que la humanidad dirigirá sus esfuerzos apropiadamente, aunque no tengo el dataset que me lleva a esa conclusión. Me lo permito porque se está trabajando desde muchos puntos geográficos, corporativos y de vista por el bien de la sociedad en este aspecto. Ecosistemas como el anteriormente mencionado publicitario está trabajando juntamente con todos los big players del sector en el Privacy Sandbox, una iniciativa cuyo objetivo es el de mantener la privacidad del usuario ante todo y evolucionar con ella toda la manera de hacer las cosas en la publicidad. Otras instituciones como Research Data Alliance, CODATA, Open Fair etc.. trabajan velando por el uso ético de los datos, la explotación justa y controlada o factores de ciberseguridad.
El uso de los datos es un bisturí que puede salvar o quitar una vida dependiendo de las manos en las que cae y es una responsabilidad de todos (gobiernos, compañías, asociaciones y de cada individuo) el de entender que un gran poder requiere una gran responsabilidad. No le quitemos la razón de ser a mi optimismo.