Quisiera referirme a ciertos hechos que, aunque puedan parecer ficción, son absolutamente reales. Y es que en este lugar desde el que escribo nadie se aburre, ni siquiera en tiempos de encierro. Vergüenzas pasamos muchas, al menos tres por semana hasta ahora que hemos entrado en campaña pre electoral y nos han empezado a caer todas juntas, a diario y en avalancha, con las boberías que dicen y hacen más de una veintena de posibles candidatos a la Presidencia. Sí, aunque también parezca mentira, tenemos entre veinte y treinta personajes que se creen presidenciables, toda una marca mundial, imagino.
Los escándalos de corrupción también están aquí a la orden del día, como siempre, pero ahora más bochornosos, más desagradables e indignantes que nunca, pues los corruptos se han burlado de la salud de la gente, de la vida de los más necesitados e incluso de la misma muerte.
Hace pocas semanas surgió la historia de una avioneta de bandera ecuatoriana que se estrelló una noche cerca del poblado El Bendito, en Tumbes, al norte del Perú. La nave había salido de Guayaquil rumbo a la isla Puná, pero se desvió hacia el sur y cruzó la frontera poco antes de accidentarse. Llevaba a bordo cuatro personas: un tripulante, dos investigados por la justicia y una modelo que iba como acompañante de uno de los fugados. En el accidente falleció el piloto y los demás quedaron heridos.
Los testigos de la zona dicen que había un movimiento inusual esa noche alrededor de El Bendito; que desfilaron por allí varios automóviles de doble tracción y que, poco antes del accidente, se apostaron en un descampado a la espera de algo o alguien. Por supuesto, nadie imaginó que esa avioneta que llevaba a los prófugos sin vocación, se estrellaría antes de aterrizar. En todo caso, según las voces del desierto, apenas se produjo el siniestro los vehículos llegaron hasta la nave accidentada y desaparecieron de inmediato sin llevarse a los heridos; tan solo -especulaba alguien desde las sombras- cargaron un par de maletas que parecían muy pesadas. El principal imputado, de forma extraña y conveniente, perdió la memoria.
El incidente aéreo estaba relacionado con una investigación de la Fiscalía por negociados con insumos médicos durante la emergencia sanitaria provocada por el covid. Pero una investigación penal siempre lleva a otra en este lugar, y hace pocos días se produjo una nueva casualidad que bien podría convertirse en marca mundial, pues, mientras se confirmaba una sentencia condenatoria contra un ex presidente del país, a otro ex presidente le colocaban grilletes electrónicos como medida cautelar provisional, y por si faltara algún ingrediente, con diferencia de horas, un tercer ex mandatario, armado de una bazuca, amenazaba en un video casi cómico y bastante patético, con bajarse de un tiro la tan mentada avioneta.
Todo esto que parece absurdo, infame, confuso y vergonzoso es, efectivamente, la maldita realidad de este lugar desde el