Legisladores de economía boyante, Ministros del Ejecutivo y altos funcionarios se empeñan en aprobar leyes y más leyes, cuya ejecución corresponde a otros niveles que comienza por los guardias y empleados de ventanillas, con excepciones. El guardia organiza la hilera de personas a quienes conduce a la ventanilla.
El receptor lee el contenido y dictamina si corresponde o no al Departamento pertinente. Si el ciudadano no tiene, en ese momento, la cédula original se torna imposible ser atendido: la copia no es aceptada. Allí califican que todo esté completo. Cada subalterno pretende convertirse en jefe y así actúa.
Qué decir del estamento donde realmente deben tramitar la solicitud. “Vuelva mañana”, es solo una frase de consuelo. “Está ocupado”, arguye el inferior. Y si el principal se atrasa o falta, inventan excusa de que el superior está en una reunión, sin límite de tiempo.
Ya en los estamentos superiores continúan los obstáculos por la catarata de leyes, reglamentos, acuerdos ministeriales, instructivos internos, etc, etc. No es aventurado afirmar que el poder real no está solamente en la ley.
Un caso: con entusiasmo juvenil se instaló una pequeña fábrica de muebles. Primero, pagar el arriendo del almacén. Los “emprendedores” deben conseguir varios permisos, afrontar la cuestión de los impuestos y al famoso Seguro Social, para sus empleados. Muy pronto, los ladrones “visitaron” el local de ventas y a pesar de la denuncia su recuperación resultó imposible. Al final, lo único factible fue cerrar el incipiente negocio.
Ni el alto nivel queda exento del poder del subalterno: presentaron la solicitud 28478-E, de fecha 2019-09-10 consultando si Charles Glatz ha salido del país. Desde septiembre, no hay respuesta… Los afortunados, desde la nube rosada en que viven nunca tramitan nada; disponen de empleados que cumplen sus mandados o usan el teléfono. El hecho real es que no hay un funcionario independiente dotado de facultades sancionadoras para exigir buena y pronta atención al usuario.
En la Función Judicial el panorama es distinto: el Consejo de la Judicatura escucha reclamos y adopta medidas efectivas.
También en la Judicial está presente el problema de la voluntad del subalterno, particularmente por la abundancia de trabajo.
En materia de tránsito, por ejemplo, el Fiscal delega diligencias a la Policía Judicial. El Agente es parte de la Institución policial y está sujeto a horarios y directivas de la Entidad a que pertenece directamente. No es extraño que un reclamo por infracción demore largo tiempo; y si no tiene mucha importancia, que el perjudicado abandone su reclamación: la impunidad está garantizada. La fuga del conductor es la mejor defensa.
Urge crear Departamentos de Quejas, con facultades suficientes para corregir estos entuertos y desamparos.