El coronavirus apareció en China y ya viaja por el mundo. 17 muertos y 400 personas enfermas alarman.
Colombia ya estudia un posible caso. Otro presunto contagiado llegó a Estados Unidos. 13 estados de la gran República Popular China han detectado a pacientes con el virus.
Además, Hong Kong y Macao ya lo tienen. Tailandia, Japón y Corea del Sur son otros países asiáticos que tienen pacientes con coronavirus.
La Organización Mundial de la Salud, con sede en Ginebra, estudia una posible alerta planetaria.
Si esto sucede, sería la quinta alerta promulgada por la OMS después del H1N1, el ébola, la polio o el zika.
China, de momento, ha tomado precauciones. Cierra trenes, metro, y ferry, y recomienda no viajar a Wuhan ni salir de dicha localidad.
Siendo la décima ciudad de China, es un centro neurálgico de las comunicaciones en el gran país asiático. Está a orillas del río Yangtsé, una de las emblemáticas arterias fluviales de la China Popular. Sus contactos nacionales e internacionales la han llevado a tener frecuencias para vuelos a Europa, Asia y Estados Unidos.
El coronavirus es probablemente un virus mutado, originado en un mercado de animales vivos en Wuhan, donde se desposta la mercadería para entregar a los clientes insumos frescos. La poca higiene podría ser una causa de la propagación, según reportes periodísticos como los de BBC Mundo, aunque todo está en una etapa primaria de investigación.
Para Ecuador las precauciones deben ser una política de Estado. Al atravesar una temporada de gripes y neumonías, las acciones por parte de las autoridades locales deben ser inmediatas, y la responsabilidad colectiva, total. No está de más emplear los recursos públicos de comunicación para promover campañas de higiene, animar a la población de todas las edades a tomar precauciones y evitar el contacto con enfermos de dolencias respiratorias, así como evitar la automedicación.
Se deben trazar los planes, diseñar estrategias permanentes y, además, si se lanza una alerta desde Ginebra, obrar de inmediato.