Cada vez que un Presidente da su informe a la Nación, el panorama siempre parece positivo; a veces, demasiado. Es obvio que toda persona defienda su trabajo. Es algo que se hacemos en nuestras cotidianidades. A veces, el ejercicio de la autocrítica es en extremo difícil. Pero al menos de quienes trabajan en lo público, cuya labor impacta en la vida de los ciudadanos, se requiere la mayor transparencia en la información ofrecida, más aún en estos tiempos en que las bases de datos pululan. Todo lo que se dice puede ser expuesto y verificado con mayor facilidad.
La comprobación de lo dicho por el presidente Guillermo Lasso, el 24 de mayo ante la Asamblea Nacional, fue presentada ayer en un reportaje de este Diario. Se trabajó sobre 25 datos que
Lasso emitió durante su informe y se los comparó con los que ofrecen varias instituciones del Estado y observatorios externos, calificados como serios en su trabajo sobre la data.
Hay algunas cifras y algunas posiciones que no quedan muy claras. Por ejemplo, respecto del empleo juvenil ofreció datos excesivamente optimistas, que son desmentidos por la realidad. Los números presentados no coinciden con los que expone el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), organismo al cual se debe acudir cuando de estos temas se trata.
Tampoco queda claro cómo definió la seguridad. Hubo más decomisos de narcóticos. Se afrontó la crisis carcelaria con una Comisión que entabló un diálogo con líderes de las bandas que operan allí, a pesar de que antes había anunciado que no se sentaría a negociar con ellos. Mas, la sensación de inseguridad de todos los días en los ciudadanos no se condice con lo presentado.
La recuperación de la economía existe, es cierto, pero también en mucho por el precio del petróleo, como es tradición. El empleo no crece en las mismas proporciones. También hay vacíos en lo social. Ciertamente, las tensiones políticas no permiten la gobernabilidad; el Presidente lo admitió. Al menos hubo autocrítica en este aspecto, pero los problemas del país persisten y ser autocrítico puede permitir la confianza.