La cuenta regresiva marcaba la convocatoria a elecciones el 18 de octubre. El Ecuador afrontará la primera vuelta presidencial el 13 de febrero. El Consejo Nacional Electoral llega a la fase de inscripción de candidatos acusando un severo desgaste. Ese alto organismo advirtió y denunció tardíamente sospechas sobre la presentación de firmas inválidas por parte de partidos y movimientos.
Todos los grupos pasaron por una revisión de registros al margen de la Ley y algunos fueron suspendidos y no podrán participar. Al cabo de dos meses de tensiones que minaron la credibilidad del sistema y de la autoridad, quedaron 11 agrupaciones con carácter nacional habilitadas.
Se presume que serán candidatos presidenciales Alberto Acosta, Lucio Gutiérrez, Guillermo Lasso y el Presidente, que busca su reelección. Resta por confirmar si Abdalá Bucaram y Álvaro Noboa terciarán en la contienda y, sobre todo, si la autoridad aprobará sus registros. El país afronta el proceso con un reglamento de gasto electoral, anunciado a principios de semana, que deja dudas sobre la equidad y el equilibrio. No se limita el gasto de propaganda oficial, que podrá inducir al voto las candidaturas del movimiento de Gobierno y del propio Presidente, y se busca imputar al gasto electoral los anuncios emitidos en el período previo a la convocatoria.
Desde hoy está prohibida la difusión de publicidad y propaganda sin autorización del CNE. Para colmo -y habrá que analizarlo en su momento y con la profundidad que se requiere- la inconstitucionalidad parcial del veto al Código de la Democracia no despeja las dudas respecto de los límites a las publicaciones sobre la actividad de los candidatos y tampoco aclara las regulaciones en el uso de los ‘nuevos medios’.