El Municipio de Quito se ha dedicado a la ingrata tarea de instalar tachos de basura. Tal parece que los tiene al por mayor. El remedio está peor que la enfermedad.
El Municipio debe sistematizar el uso de estos basureros, en el lugar correcto y, sobre todo, que se haya previamente analizado su necesidad. Un ejemplo: se colocaron estos contenedores en la calle Valdivieso (entre av. Occidental y av. De la Prensa) convirtiendo a dicha calle en un apestoso basurero público, por cuanto la gente bota la basura junto al recipiente y no dentro del mismo.
En la Mariscal, acaban de ubicar estos contenedores, y en media cuadra de la Foch, hay cuatro basureros que sirven de escondrijo de droga. En plena esquina de la Almagro, otro, que impide la visibilidad vehicular.
En la urbanización Mexterior, hace 48 horas, colocaron otros tantos aparatitos de esta índole, dificultando la salida de los vehículos de las casas, sin ninguna necesidad, por cuanto los habitantes somos disciplinados al dejar las fundas de basura, pasando un día, en el correspondiente recipiente.
¿Para qué albarda sobre albarda? Tal parece que el Municipio no tiene en qué gastar sus recursos.