El bloque petrolero ITT tiene tres áreas: Ishpingo y Tambococha, descubiertos por Petroproducción en 1992 y 1993; Tiputini, por Shell en 1948. Por varias causas, como la lejanía hacia la infraestructura de producción existente; los rendimientos económicos comparados con proyectos con costos menores de extracción y mejor calidad del petróleo; su ubicación en zonas sensibles con procesos complejos para la aprobación del plan de desarrollo y de manejo ambiental, entre otros, se retrasó la perforación de pozos y su producción.
La actividad recién da inicio: en Tiputini en 2016, actualmente cuenta con 89 pozos perforados; en Tambococha en 2018 y tiene 71 pozos, conjuntamente producen aproximadamente 59 000 barriles diarios. Ishpingo aun no inicia la perforación de pozos, el plan de desarrollo aprobado en julio 2016 contempla en esa área 10 plataformas (290 pozos), 2 fuera del Yasuní y el resto en su zona de amortiguamiento. Sin embargo, de la publicación del Registro Oficial No 106 con la declaratoria de interés nacional de la explotación petrolera del bloque, dentro del Parque Nacional Yasuní, en el 2018, el Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables tomo la decisión de intervenir fuera de la reserva, desde las 2 plataformas externas y obtener solamente 72 pozos.
Las autoridades actuales han anunciado que la incorporación de Ishpingo a la producción se difiere hasta el año 2022 por que están definiendo algunos parámetros presupuestarios.
Este es el cuarto aplazamiento y por cuanto hay observaciones de orden técnico y económico al programa de perforación establecido, es importante que se dé un pronunciamiento oficial que justifique porque no se hacen los reajustes necesarios para corregir y de esa manera asegurar mejores resultados operativos y de niveles de producción.
Las objeciones indican que la ubicación de las plataformas A y B, desde donde se perforarán los pozos, no es la idónea porque no permitirá efectuar el numero previsto de ellos (se reducen de 72 a 38), así como se disminuyen las reservas a recuperar y la probabilidad de éxito, para alcanzar la parte más alta de la estructura que contiene hidrocarburos deberán superar riesgos operacionales y costos mayores. La reubicación de las plataformas no requiere de una nueva autorización porque están en la misma área geográfica, eso sí, se deberá actualizar el plan de manejo ambiental.
Lo sensato es analizar las observaciones presentadas, para acogerlas o desecharlas, pero con razones de peso. El seguir el camino trazado sin dar paso a un estudio adicional no hará otra cosa que llevarnos a un nuevo fracaso anunciado.
La incorporación será dentro de la administración del nuevo gobierno, se debe actuar con pragmatismo para allanar el camino y aportar de manera consciente por mejores días para este sector que tantos golpes bajos sigue recibiendo, ¿es mucho pedir?