El principal problema laboral es que cinco millones de ecuatorianos no tienen empleo formal, cuya solución implica cambios importantes en la conducción económica del país. De otro modo, nada va a ser mejor de lo que ya fue. Para crear empleos formales es indispensable que haya más inversión seria y sostenida, especialmente en actividades que ocupen mano de obra en forma intensiva, para lo cual se precisa que haya orden y claridad en un programa económico y social creíble y sostenible.
El segundo tema es fijar el salario mínimo para el 4% de las personas que ya tienen trabajo y ganan el salario mínimo de 400 dólares más dos sobresueldos y un Fondo de Reserva anual. La solución política es caminar hacia un sueldo de USD 500 en cuatro años, pero la solución técnica es evitar presiones inflacionarias que erosionen el poder adquisitivo de los salarios de todos y no solo de ese 4% de los ya empleados.
La recuperación económica no solo son las ventas por rebote de la pandemia, sino aumentar el crecimiento económico por encima de las cifras del año 2019. En esta materia la Asamblea Nacional y el Gobierno tienen que debatir una propuesta laboral acorde con este objetivo, con todos los involucrados, principalmente con los desocupados, teniendo en cuenta que el político responsable debe ver el largo plazo y no solo salir del paso.
La flexibilidad de las leyes laborales no debe crear trabajadores de segunda para poner sobre sus hombros el peso de subsanar la diferencia de competitividad, con el argumento de que el salario básico del Ecuador es alto comparado con los de Colombia y Perú porque estos países son más grandes, con mayores escalas de producción, más preparados y con una moneda que se devalúa castigando al pueblo y favoreciendo a los exportadores. Aun así, Ecuador compite con Colombia en banano, flores, camarones, atún y con Perú en productos pesqueros y minería metálica.
La industria ecuatoriana que exporta es competitiva en los mercados internacionales porque son sectores bien manejados y pagando los sueldos actuales, como el sector camaronero que este año será el primer exportador mundial. Sigamos este ejemplo para crear empleos remunerativos, ya que los precios de venta al exterior son mejores.
Ahora tenemos un desarrollo minero con salarios que promedian 1 400 dólares mensuales sin perder su competitividad. Entonces hagamos una negociación seria con este sector para ampliar el uso intensivo de la mano de obra y aumentar los ingresos del Estado, por la venta de los metales al mercado internacional.
Incluso para que los ecuatorianos traigan el dinero que tienen en el exterior para nuevas inversiones si cabe disminuir los costos de los despidos, lo cual estimulará a que los trabajadores sean más productivos y no sean despedidos, teniendo en cuenta que el teletrabajo y la transición digital van a mutar velozmente las reglas laborales en todo el mundo.