En la nueva legislación sobre impuestos, es interesante que gobernantes del Ejecutivo y de la Asamblea Nacional se hayan acordado de una clase media que, según su apreciación, es la que tiene ingreso de 2.000 dólares mensuales.
Quizá no conocen que jóvenes de hogares pobres que tuvimos acceso a la Universidad, trabajamos durante 6 días de la semana y con horarios de hasta 15 horas, en una época propicia para el éxito económico.
Me refiero al caso de uno de ellos (que se repitió en miles de otros) quien, trabajando de esa manera, tuvo la oportunidad de adquirir una casa propia en la ciudadela Villaflora, a un costo de 140.000 sucres y con pagos hasta 25 años. Era la época en que el Seguro Social funcionaba en favor de los afiliados y todavía no nació el partido político de sus dirigentes. También, la entonces Caja de Pensiones construyó todo un barrio de mayor categoría en el norte deQuito favorecida con la zona comercial de la Avenida Amazonas.
Prosiguiendo, el joven de este caso pudo adquirir un vehículo usado. Más tarde, un terreno en el norte de la ciudad y construir allí la casa definitiva que, entonces, solo demandaba inversión de 200.000 sucres, también con préstamo del Seguro Social.
Continuando en el éxito, pudo viajar con su esposa a Europa, pues un tour costaba apenas 1.200 dólares por persona. Se dio el lujo de ofrecer fiestas en su casa nueva, con cierta frecuencia. Pese a ello, los ahorros que tenía en el banco aumentaron constantemente.
Esta fue la época de la “clase media alta”.
En enero del año 2.000, el Ecuador tuvo que dar un paso fundamental debido a una grave crisis bancaria: nuestro sucre empezó a perder valor frente al dólar y de la cotización de 4.000 continuó el deterioro, hasta que la autoridad se vio en el caso de “congelar” los depósitos en sucres y adoptar el dólar como moneda del país.
Más catastrófico fue que: a la hora de este paso se había deteriorado tanto que –como todos conocemos- solo se detuvo en el valor de 25.000 sucres por dólar. Con esta cotización, los depósitos bancarios en sucres quedaron cortos y como ya no circulaba (estaban congelados) perdieron el valor que tenían y lo que quedaba del desastre se devolvía con unos papeles llamados CDR (Certificados de Depósitos), en la nueva moneda, los cuales para cambiarlos a billetes sufrían una nueva pérdida: 30% de descuento.
Así fue como la clase media “alta” comenzó a descender y está convertida ahora no solo en clase media baja, sino ingresando a la pobreza.
Trabajos con salarios de 2.000 dólares lo conseguirán algunos privilegiados: los demás, a la pobreza completa y a pagar precios más altos por el costo de vida.
Está surgiendo una nueva clase cercana a la alta: la de técnicos con trabajo independiente, aunque no hayan cursado la Universidad. ¿Quiere arreglar la máquina lavadora? El experto cobra 140 dólares. Y así por el estilo.