El pasado 26 de junio, en la conclusión de una gira que lo llevó a Brasil, Argentina, Uruguay y Chile, el primer ministro chino, Wen Jiabao, eligió a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para pronunciar un mensaje con cinco propuestas concretas con las que China pretende perfilar su presencia futura en América Latina y el Caribe. Un hito trascendental, que sin duda tendrá un efecto transformador en el tejido de nuestra región.
Primero, el premier Wen propuso la profundización de la cooperación estratégica entre China y América Latina y el Caribe sobre la base de la confianza política mutua creando el Foro de Cooperación China-América Latina y el Caribe, que supone un mecanismo de diálogo periódico entre China y la ‘troika’ de la Celac. Reconoció que Celac simboliza mayor cohesión y densidad regional que nunca antes. La escala importa y este nuevo espacio plurinacional es fundamental.
Segundo, expresó la voluntad de llevar el volumen comercial del intercambio a los USD 400 000 millones, duplicando los montos actuales, en el curso de los próximos cinco años. Una aspiración que reconoce explícitamente que China no persigue superávit comercial, y que está dispuesta a importar de la región más productos manufactureros de alto valor agregado aparte de materias primas, con vistas a lograr un comercio balanceado y sostenible.
Tercero, a efectos de fortalecer la cooperación, el premier Wen anunció que su país propone crear el Fondo de Cooperación China-América Latina y el Caribe, al cual instituciones financieras chinas aportarán, como primer paquete USD 5 000 millones, en la búsqueda de promover inversión conjunta para proyectos de cooperación en la industria manufacturera, altas y nuevas tecnologías y desarrollo sostenible. El Banco de Desarrollo de China liderará el otorgamiento de una línea de crédito especial de USD 10 000 millones, destinada a la cooperación en la construcción de infraestructuras, incluyendo ferrocarriles, carreteras, puertos, centrales y redes eléctricas y telecomunicación.
Cuarto, resaltó la importancia de la seguridad alimentaria para lo cual sugirió la creación de una reserva de 500 000 toneladas de alimentos para fines humanitarios. Además, señaló la importancia de establecer un foro de ministros de agricultura, junto con un fondo de USD 50 millones incluido el apoyo a seis centros de investigación, para fortalecer la agroindustria, la manufactura y la ciencia y tecnología.
China ha demostrado la capacidad para transformarse en apenas tres décadas en la segunda mayor economía del mundo y en su polo más dinámico, gestando una nueva geografía global.