Miles de ecuatorianos celebraron el fin del 2019 pese a que fue un año de contracción económica, con cientos de trabajadores que se quedaron sin empleo y un gran número de empresas que registraron pérdidas o ventas menores respecto al año previo. Si bien lo anterior es una descripción general de lo que ocurrió en la economía nacional, no considera las particularidades que tiene todo aparato productivo. El 2019 sí hubo sectores con gran dinamismo, aunque el
desempeño del Gobierno terminó llevando el resultado global al terreno negativo.
Las cuentas nacionales del tercer trimestre del 2019, publicadas por el Banco Central el jueves pasado, dan pistas de lo señalado. En ellas se hace un monitoreo del valor agregado de 18 sectores, es decir, del dinamismo de la economía nacional, pero a nivel desagregado. Ahí se puede ver que el sector camaronero se convirtió en el motor del sector privado, con una tasa de crecimiento anual del 12,8%, seguido por la pesca, los servicios financieros y el sector petrolero-minero, cuyas tasas oscilaron entre 3,5% y 7,4%.
En los 20 años de dolarización, la banca privada obtuvo sus mayores utilidades el año pasado, con cerca de USD 600 millones. La rentabilidad sobre el patrimonio fue de un 13%, mayor que el año previo y similar al 2010, cuando la economía nacional se encontraba en pleno ‘boom’ petrolero.
Las inversiones en el sector minero y petrolero dieron sus frutos con una mayor producción de crudo y la entrada en operación de los proyectos Mirador y Fruta del Norte, que empezaron su etapa de producción el año pasado. Hay otros sectores que, si bien tuvieron tasas de crecimiento positivas, apenas oscilaron entre 1% y 2%, como ocurrió con la agricultura, la manufactura, el suministro de electricidad y agua, los servicios de alojamiento y comida y las actividades profesionales. En cambio, el transporte, el correo y las comunicaciones y los servicios vinculados con las actividades inmobiliarias y el entretenimiento crecieron por debajo del 1%, lo cual completa una lista de 12 sectores con cifras positivas.
Pero también hubo otros sectores que llevaron a la economía a una contracción. El mantenimiento de las plantas refinadoras de Esmeraldas y La Libertad paralizó la producción de combustibles. Además, la construcción y el comercio cayeron 4,9% y 1,3%, respectivamente. La incertidumbre económica frenó la demanda de vivienda, sobre todo por los recortes de personal en el sector público, los cuales continuarán.
Esos mismos recortes se tradujeron en una menor adquisición de bienes y servicios en sectores salud y defensa, así como en una disminución de las remuneraciones en el sector público. El servicio doméstico también registró una contracción, lo cual puede evidenciar que la contracción económica llegó a las personas de ingresos medios y medios altos, que son las que demandan este tipo de servicios.
El 2020 se vislumbra muy parecido al año anterior, con un sector privado que ganará algo de espacio y un sector público que seguirá ajustándose.