La velocista con discapacidad física competirá en Suiza y después viajará a Lima. Foto: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO.
Hace cuatro años, Kiara Rodríguez y otras compañeras de la Unidad Educativa réplica Guayaquil recibieron la visita de Lázaro Pérez. El técnico cubano llegó al establecimiento fiscal con el propósito de reclutar alumnas para las pruebas de lanzamientos.
El estratega preguntó a las estudiantes si querían practicar atletismo y Rodríguez respondió que sí. Permaneció poco tiempo porque la parálisis braquial de nacimiento que sufre en su brazo izquierdo no le favorecía para destacarse en los lanzamientos. Además, su contextura es delgada.
La recomendación era que practicara saltos; sin embargo, también tuvo dificultades por la pérdida de movilidad de su brazo. Fue direccionada para que hiciera velocidad y allí conoció al técnico cubano José Valdés, con quien se acopló y empezó a conseguir triunfos.
Todo ese proceso, destaca Rodríguez, tenía como propósito guiarla a donde tuviera éxito. Y no se equivocaron porque ahora es la mejor velocista paralímpica del país. La semana pasada, en Cuenca, impuso un récord nacional en los 200 metros planos.
Lo hizo en la pista sintética del estadio Jefferson Pérez, con motivo de los IV Juegos Nacionales del Deporte Adaptado. Cronometró 25 segundos con 90 centésimas (25.90). Su mejor marca en 100 m planos es 12.62, lograda el 2018 en Barranquilla, Colombia. Hace un mes, en Grosseto, Italia, registró 5, 36 metros en salto largo.
Con esos registros, la guayasense de 16 años está clasificada al Mundial Junior de Atletismo para personas con discapacidad que será entre el 28 de julio y 5 de agosto en Nottwil, Suiza. Pocos días después intervendrá en los Juegos Parapanamericanos en Lima, Perú.
José Valdés, su técnico, se muestra optimista con miras a las futuras competencias. Con ella, en el Mundial, “se aspira la medalla de oro en 100 y 200 metros, y en salto largo. En una de esas pruebas nuestro anhelo es implantar un récord mundial”. Si salta entre 5,36 o 5,37 m pudiera alcanzar el objetivo.
El estratega cubano trabaja con Rodríguez desde el 2016 y asegura que su dirigida tiene excelentes condiciones para la velocidad y el salto largo. Ella es atleta con discapacidad física y está encasillada en la clase T46. También compite con velocistas convencionales.
En Grosseto, con su marca de 5, 36 metros, destaca Valdés, “se ubica entre las cinco mejores del mundo del 2019 en su clasificación funcional T46”. En Lima buscará el podio y el próximo año, en Tokio, anhela ubicarse entre las cinco mejores de los Juegos Paralímpicos.
La proyección del DT cubano es quepara Francia 2024 “podamos optar por dos preseas de oro: una en 100 m y otra en salto largo”. Todo dependerá del crecimiento que tenga y del apoyo económico. En la actualidad recibe una beca mensual de USD 394 como integrante de la categoría Talento del Plan de Alto Rendimiento.
Ese dinero le sirve para ayudar en su hogar y para los gastos personales. Vive en Guayaquil con su madre, Liliam España, con su hermano mayor Andy Minota y con sus dos sobrinos: Lian Minota y Jairo España. “Mi familia se siente orgullosa de mis éxitos y quiero ser campeona paralímpica”.