Carapaz, que cumplirá este mes 25 años, fue descubierto en 2016 por Eusebio Unzué, el patrón del equipo español Movistar, para ser compañero del colombiano Nairo Quintana. Foto: Agencia AFP
Cuando el ciclismo latinoamericano estaba acostumbrado a triunfos colombianos, emergió este sábado un hombre nacido en Ecuador, Richard Carapaz, que ofreció a su país el primer triunfo parcial en una gran vuelta, con su victoria en la octava etapa del Giro de Italia.
Carapaz, que cumplirá este mes 25 años, fue descubierto en 2016 por Eusebio Unzué, el patrón del equipo español Movistar, para ser compañero del colombiano Nairo Quintana.
Sus triunfos en los Juegos Panamericanos Sub-23 en 2013 y en la Vuelta al Porvenir de Colombia en 2015, llamaron la atención de Unzué.
Desde entonces, se impuso como aficionado en la Vuelta a Navarra de 2016 y este año se llevó la Vuelta a Asturias, ya como profesional.
En 2017 debutó en una gran vuelta, con su 36º puesto final en la clasificación general en España, y en este Giro ha logrado la hazaña de ganar una etapa, la mayor gesta en la historia del ciclismo ecuatoriano.
Esta victoria llega cuatro años después de ser atropellado por un auto, tras lo que pensó que no volvería a andar y mucho menos a montar en una bicicleta.
Pero animado por su familia, y por su mujer, Tania, a la que conoció cuando tenía catorce años y con la que tiene dos hijos, pudo volver al deporte.
Inicios en Carchi
Un deporte por el que se decidió pese a que a sus padres les hubiera gustado que hubiera seguido con sus estudios.
El ciclista ayudaba cuando era un niño a sus padres en las tareas ganaderas, ordeñando vacas y llevando pasto al ganado, en El Carmelo, en la provincia de Carchi, aunque con quince años ingresó en el equipo Panavial-Coraje Carchense.
Su condición de carchense la luce con orgullo, y la canción Soy del Carchi, le acompaña a menudo, aunque se declara un amante del reguetón.
Fue el primer ecuatoriano en participar en la Vuelta a España. Ahora ha ganado una etapa en el Giro, pero en sus sueños está hacer algo importante un día en el Tour de Francia, la carrera más prestigiosa del planeta.
Y lo sueña para hacer brillar los ojos de sus dos hijos, un niño y una niña, que quiere que le vean como un superhéroe.
Por el momento ha conseguido que Ecuador se haga un sitio en el mundo del ciclismo. Le gustaría que esta gesta sirviera para crear más afición en su país y que surjan nuevos ciclistas, como ha ocurrido en Colombia después de que aparecieran Lucho Herrera y Fabio Parra.