Rosa Angulo (izquierda) y Rosa Elena Viteri representan a Pichincha en el campeonato nacional de Portoviejo. Fotos: Cindy Bermeo para EL COMERCIO
Christian Alquinga recuerda con claridad el momento en que conoció a su esposa, Rosa Angulo. Él subía las gradas del gimnasio hacia el área de entrenamiento cuando la vio. Se sorprendió al verla luchando contra un hombre. Ella estaba concentrada en la pelea.
Él participa en la división de 90 kg y ella en los 63 kg del Nacional de Lucha Olímpica que se realiza en Portoviejo, en el Complejo Deportivo La California, y que culmina este 31 de enero del 2019. 17 luchadores (14 hombres y 3 mujeres) de Concentración Deportiva de Pichincha (CDP) representan a la provincia.
Esta competencia servirá como selectivo para escoger a los seleccionados para algunas competencias que habrá en el año. El equipo masculino competirá en 10 divisiones en el estilo libre y cuatro en grecorromana.
Alquinga, de 23 años, está involucrado en la lucha desde hace ocho. Conoció este deporte porque su padre, Juan Alquinga, fue luchador. Comenzó a entrenarse un año después de que su progenitor falleciera. “La lucha me ha enseñado a no rendirme, en la colchoneta y en la vida”.
Christian trabaja como guardia de seguridad. En ocasiones lo hace en jornadas dobles para acudir a sus prácticas.
Rosa Angulo, de 26 años, es madre de dos niños, de 4 y 6 años. Su tiempo lo divide en el gimnasio, cuidado de sus hijos y su trabajo como mesera. Sus hijos suelen acompañarla a sus rutinas de lucha y cuando no lo hacen, su madre los cuida.
A los 14 años ingresó a esta actividad, después de haber pasado por el judo.
Cuando Rosa conoció a Christian no le caía muy bien, pues ella pensaba que era ‘creído’. Poco a poco se fueron conociendo hasta entablar una relación y formar un hogar. Ella se retiró momentáneamente de la lucha cuando nacieron sus hijos. “Lo más lindo de esta relación es que los dos amamos luchar”, dijo Rosa.
El gimnasio es un lugar donde los luchadores lo disfrutan. Los sonidos de los cuerpos cayendo en la colchoneta, las respiraciones agitadas de cansancio, que muestran el ambiente.
Una de las que se destaca en este escenario es Rosa Elena Viteri, quien de niña pensaba que la lucha era como veía en ‘SmackDown’ y por esa curiosidad llegó a practicarlo desde los 13 años. Ahora, de 26 años, trabaja en una clínica como auxiliar de enfermería. Por motivos laborales estuvo inactiva cerca de un año y recién volvió el último diciembre.
En el torneo de Portoviejo, su rival más fuerte ha sido Mayra Antes, de Loja, quien es campeona nacional y a la que se ha enfrentó en varias ocasiones en la división de 63 kg. Ella recuerda que una vez lloró porque perdió por dos puntos contra Antes y que no quería subir al pódium. “En ese momento lloré porque me decepcioné”.
Freddy Vera participa en la categoría 65 kg. Ha sido seleccionado y cosechado algunos títulos nacionales.
Freddy Vera, de 26 años, se entrena en doble jornada y su propósito es obtener un cupo en la selección ecuatoriana. Él, que pelea en la división 65 kg, considera a sus compañeros como una familia.
Uno de los logros más importantes de Vera es el quinto lugar en los Sudamericanos de Cochabamba 2018. Sus compañeros tienen puestas las esperanzas en él para obtener un cupo en la selección nacional.
Los luchadores se alistaron para este torneo desde diciembre en el polideportivo Bruno Frixone, de La Vicentina.
El entrenador Vinicio Zuleta tiene centradas sus expectativas en sus representantes. Aspira a que cuatro de los seleccionados de la provincia se clasifiquen en este selectivo para los