Kobe Bryant (EE.UU.), Dwyane Wade (EE.UU.), LeBron James (EE.UU.), Pau Gasol (España), Manú Ginobili (Argentina), son solo algunos nombres que brillaron por su ausencia en el Mundial de Baloncesto que culminó en Turquía. Pero a la vez fue el crecimiento del estadounidense, Kevin Durant, quien se convirtió en la principal figura del torneo.
Las principales figuras que militan en la Liga Profesional de Baloncesto de Estados Unidos (NBA en sus siglas en inglés), la más famosa del mundo, no estuvieron con sus selecciones. Por ello, hubo resultados sorpresivos y una final poco esperada entre estadounidenses y turcos.
También hubo encuentros emotivos, como el que protagonizaron en los octavos de final Argentina y Brasil, que se definió solo en los últimos segundos del partido.
A pesar de las ausencias de las estrellas antes citadas y de otras que juegan en la NBA, la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) consideró a esta cita mundial como “el de mayor éxito de todos los tiempos”.
En la conferencia de prensa de clausura del Campeonato Mundial, el secretario general de FIBA y miembro del COI, Patrick Baumann, expresó: “Creo que ha sido el torneo más competitivo de la historia. El partido de Turquía contra Serbia -por ejemplo- ha sido un show increíble de espíritu y juego”.
La televisión internacional, según detalla el portal de la organización, www.fiba.com, ha transmitido del torneo a 1 000 millones de personas en cerca de 200 países. Es decir, la transmisión de los partidos de este torneo ecuménico ha superado tanto al Mundial FIBA 2006 en Japón y al Eurobásquet 2009 en Polonia.
Otro detalle que destaca la organización es que más de 30 millones de visitantes han ingresado en el sitio web de FIBA de Turquía 2010, mientras que más de 100 000 personas son miembros en el espacio de FIBA en Facebook. El número de seguidores en Twitter se ha duplicado durante el curso del campeonato.
Mas para FIBA lo que más valor tuvo fue que no se reportaron casos de dopaje durante el Mundial, lo que eleva a un nivel casi cristalino este deporte. “Cerca de 100 pruebas se han realizado al azar y hasta el momento todas han sido negativas. El baloncesto está más limpio que nunca”, agregó Baumann, ayer.
Finalmente, el certamen se cerró con lo previsto, porque con Durant a la cabeza, Estados Unidos se coronó campeón del Mundial de Baloncesto al imponerse 81-64 a Turquía. Sin embargo, los norteamericanos celebraron a rabiar el triunfo, porque vuelven a levantar el trofeo luego de 16 años de no poder hacerlo.
Un sensacional Kevin Durant, con 28 puntos, fue el máximo anotador del encuentro, bien secundado por Lamar Odom, quien aportó 15 puntos y 10 rebotes. Así, Estados Unidos finalizó invicto, con nueve victorias, y suma el cuarto mundial de su historia, el primero desde 1994.
La celebración tuvo un doble significado para Estados Unidos, pues aseguró su boleto para los Juegos Olímpicos del 2012, en Inglaterra.
El podio del Mundial lo completa Lituania, que ganó la medalla de bronce. En cuarto puesto terminó Serbia, mientras que Argentina cerró su participación en quinto lugar, luego de superar a España, en otro emotivo encuentro, por 86-81.
El equipo ibérico fue campeón en el Mundial anterior, disputado en el 2006 en Japón.
Los mejores
La FIBA eligió ayer al alero de Estados Unidos, Kevin Durant, como Mejor Jugador (Most Valuable Player o ‘MVP’ en inglés) del Mundial 2010 de Turquía. Él supo ganarse el puesto y hacer olvidar a las grandes figuras de su país. Durant aportó con 205 puntos y 55 rebotes en nueve partidos. “Sin el juego de equipo no habría triunfo”, aseguró.
La organización anunció que el mejor quinteto inicial o equipo ideal del certamen es el compuesto por Milos Teodosic (Serbia), Hidayet Turkoglu (Turquía), Kevin Durant (EE.UU.), Linas Kleiza (Lituania) y Luis Scola (Argentina). Ellos se destacaron en sus selecciones. España no tuvo fortuna.
El joven plantel de Mike Kryzewski, que llegó al torneo con el estigma de ser considerado un ‘equipo B por la ausencia de las principales figuras, consiguió terminar con una maldición de 16 años, desde que el ‘Dream Team 2’, de Shaquille O’Neal, se impusiera brillantemente en Toronto.
Las sorpresas
Con el doblete olímpico y mundial, Estados Unidos vuelve a recuperar la hegemonía del básquet, al mismo tiempo que potencias de los últimos años como España, Argentina o Grecia se enfrentan a las dudas de un posible final de ciclo, después de su discreta actuación. También ya se reclama la emergencia de nuevos valores.
Los lituanos sorprendieron con la aparición de Linas Kleiza, un joven alero que está pidiendo con fuerza el salto de la liga universitaria estadounidense a la NBA. Y con una defensa muy fuerte, que pudo contener a la figura argentina Luis Scola, que fue el máximo anotador del torneo (27,1 puntos de promedio).
Para el equipo local, Turquía, este Mundial supone el mayor éxito de la historia de su básquet, superando la plata del Europeo del 2001, donde también cayó en la final ante su público de Estambul. En aquella ocasión perdió ante la Yugoslavia (78-69) de Predag Stojakovic.