Carlos Espinoza, guardameta del Macará, rechaza el balón ante jugadores de Barcelona. Mira Diego Benítez (23), autor de la única anotación ante los toreros en Guayaquil. Foto: API para EL COMERCIO.
La edición 2018 de la Copa Libertadores tendrá dos equipos debutantes: Macará de Ambato y Delfín de Manta. El cuadro ‘cetáceo’ aún pelea por ganar el título, mientras los ambateños terminaron su temporada celebrando una histórica clasificación, por primera vez tras 78 años de vida institucional.
Con un presupuesto de USD 3 millones, y de la mano del entrenador Paúl Vélez, los celestes cerraron la mejor campaña en los torneos locales, con un festejo desbordado por las calles de Ambato. Este año, el equipo fue uno de los cuadros ascendidos junto al Clan Juvenil, y escaló tanto que al final quedó en el cuarto lugar de la tabla acumulada (en 1998, Macará fue tercero, pero en esa época solo accedían a Copa el campeón y el subcampeón).
El sábado (9 de diciembre de 2017) derrotó 1-0 a Barcelona, en Guayaquil, contra todo pronóstico. Una imagen que conmovió fue ver las lágrimas de Diego Benítez, el uruguayo que anotó el gol en el estadio Monumental. ‘El Mago’, uno de los cuatro extranjeros que tiene Macará, lloró al festejar un gol en un momento difícil de su vida.
Su madre, que vive en Uruguay, atraviesa una delicada situación de salud y por eso todos los compañeros lo abrazaron en el festejo del gol. “Ha sido criticado porque no jugaba y hoy, con la bendición de Dios, hizo el gol más importante en la historia del club”, contó Carlos ‘Calolo’ Espinoza, el golero que también fue figura en la última etapa del año.
Otra de las escenas conmovedoras de los festejos no ocurrió en el país. Miller Salazar, el presidente que maneja el club en su segundo período, festejó la clasificación con sus familiares en Estados Unidos. En un video difundido por la familia, se puede ver al directivo de rodillas, celebrando la gesta del cuadro celeste.
El más asediado en los festejos en Ambato fue el entrenador Vélez. El cuencano construyó su plantilla sosteniendo la base de futbolistas con la que ascendió el año pasado. Tras el ascenso se planteó cuatro metas: la principal era sostener al equipo en la Serie A; la segunda era pelear por un cupo a Copa Sudamericana. El tercer objetivo -más ambicioso- era entrar a Libertadores y el cuarto era pelear por un título.
En la institución cuentan que el entrenador participó hasta en las negociaciones de los salarios. En principio, el presupuesto de Macará se planificó en cerca de USD 2,7 millones. Sin embargo, por la gran campaña, terminó en USD 3 millones.
Los derechos de televisión, los auspiciantes, venta de futbolistas y las taquillas solventaron el financiamiento.
“Son muchachos que estaban ahí y no tenían oportunidades. Revisé los nombres: Feraud (Carlos), Arboleda (Carlos), Armando Gómez, Ronald Champan. Son chicos con condiciones y que este año tenían hambre de gloria y de pelear cosas importantes”, explica el técnico Vélez.
Los salarios oscilaron entre USD 4 000 y 8 000. La directiva hizo el esfuerzo de triplicar los premios económicos para el plantel en los últimos partidos. No se revelaron cifras.
Está previsto que desde hoy (11 de diciembre de 2017), Vélez y la directiva se reúnan para armar el plantel del 2018. Viajarán al sorteo de la Libertadores el 20 de este mes y allí conocerán a su rival. El repechaje se jugará en los primeros días de enero.