Juegos de antaño se realizaron en Ambato

La carrera de sambo o los toros de pedregal tuvo 21 participantes de las parroquias. Foto: cortesía Margarita Garcés

La carrera de sambo o los toros de pedregal tuvo 21 participantes de las parroquias. Foto: cortesía Margarita Garcés

La carrera de sambo o los toros de pedregal tuvo 21 participantes de las parroquias. Foto: cortesía Margarita Garcés

Juan Moposita estaba nervioso antes de participar en la carrera de sambos. El hombre de arrugadas manos y cabello cano caminaba de un lado a otro en el entablado del coliseo cerrado de los Deportes de Ambato, el jueves 22 de agosto.

Saludaba a sus amigos y vecinos de la parroquia Atahualpa. Ellos se ubicaron en los graderíos junto con las 35 delegaciones de las parroquias de la provincia de Tungurahua.

Los grupos de adultos mayores arribaron desde los nueve cantones y desde las comunidades indígenas, para ser parte del séptimo encuentro provincial de los juegos de antaño. Portaban carteles y globos.

Vamos a ganar, Juanito”, “Usted puede, Juanito”, “Arriba, don Juanito” gritaban desde los graderíos. La carrera de sambo o toros de pedregal tuvo 21 participantes, en total.

Los concursantes debían empujar con su cabeza al sambo hasta llegar a la meta. La competencia fue reñida. Algunos invadieron el carril de los contrincantes, otros se cayeron y hasta se acostaban para empujar a la hortaliza. Las risas y gritos de los asistentes retumbaban en el coliseo.

Moposita, de 74 años, contó que esta carrera la jugaba cuando tenía 8 años, con sus amigos de barrios del occidente de Ambato.

Manuel Arcos fue parte de los juegos de trompo y perinola en el coliseo de Ambato. Foto: Margarita Garcés

“Me he divertido mucho. La edad no es impedimento para recordar y disfrutar de estos juegos”, dijo Moposita, mientras sus amigos lo felicitaban.
Olimpia Caiza, representante de la parroquia Presidente Urbina, de Píllaro, fue la ganadora en la categoría mujeres.

Otro de los juegos fue la carrera del huevo. La pillareña Lourdes Ramírez fue la ganadora de esta actividad, organizada por el Departamento de Cultura de la Prefectura de Tungurahua.

La campesina, de 68 años, contó que con sus amigas se reunieron en la plaza de la parroquia Marcos Espinel a entrenarse. En este espacio realizan
rumbaterapia, manualidades y los juegos ancestrales.

“Venimos a divertirnos. Hemos dedicado la mayor parte de nuestras vidas a criar a nuestros hijos y a trabajar en el campo”, dijo Ramírez.

El prefecto Manuel Caizabanda participó en el juego de la rueda o mishana. Este consiste en empujar una rueda de llanta de auto con un carrizo.

Los concursantes lograron correr 300 metros del coliseo. Mientras que Caizabanda solo hizo una demostración de sus habilidades. La autoridad provincial indicó que este juego aún se continúa practicando en las escuelas con los niños de las comunidades.

Asimismo, se realiza como parte de las fiestas del Kapak Raymi o Fiesta del Florecimiento celebrado en diciembre. Otro de los concursos que se realizan en Salasaka es el de la molida de la cebada en piedra y la elaboración de la soga con hilos de cabuya.

“Nuestros viejitos mantienen estos juegos y lo vamos a seguir fomentando con los jóvenes. Más que ganar el propósito fue compartir y recuperar los juegos con los asistentes”, aseguró Caizabanda.

El encuentro de los juegos de antaño con los adultos mayores se realiza desde el 2013. Entre las actividades están el de la carrera de coches, pelota de mano, tres pies, baile de la naranja, los toros de pedregal y ponle la cola al burro.

Además del juego de la silla loca, carrera de huevos, los ensacados, la rayuela, pan quemado, pesca tu premio, el juego del 40, tres en calle, la perinola, entre otros.

José Garcés, representante de la Red de Adultos Mayores, aseguró que estos actos sirven para confraternizar entre los miembros de la organización.
Garcés contó que estas actividades les permiten sentirse con vida, que disfrutan de los encuentros deportivos y recreativos con otros vecinos.

La perinola y el trompo fueron los juegos que tuvieron 15 participantes. Segundo Toasa, de la parroquia Cotaló de Pelileo, fue uno de los concursantes. El campesino, de 59 años, arribó con 30 vecinos de la parroquia.

“Estos juegos los aprendimos de nuestros abuelos, cuando éramos niños. No queremos que se pierdan con las nuevas generaciones, que solo pasan en los teléfonos celulares o en Internet y en las redes sociales”, indicó Toasa.

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