Tomás Alarcón cayó tendido el miércoles pasado sobre la pista del estadio Modelo Alberto Spencer de Guayaquil. La temperatura se aproximaba a los 35 grados. Antes de caer, las piernas le temblaban, su respiración era acelerada y su rostro denotaba cansancio. El árbitro solo completó seis de las 12 vueltas que contempla la prueba física a la que se sometieron 65 árbitros nacionales. El agotamiento empezó a ser evidente en la cuarta vuelta. Los otros jueces que se encontraban en su pelotón le habían sacado una ventaja de 7 metros. Cuando la distancia de sus colegas se amplió, un instructor decidió separarlo de la prueba. Alarcón esperó para recuperarse, se levantó y reclamó la decisión, que le impedirá actuar un mes. La Comisión Técnica de Arbitraje de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) deberá convocar a una nueva prueba antes de designarlo para un partido. En otro lado de la pista, Samuel Haro frotaba la planta de su pie izquierdo. Una luxación en uno de los tendones lo obligó a abandonar la prueba. El riobambeño arrastra la lesión desde hace más de dos meses. En total, ocho jueces no aprobaron las pruebas físicas periódicas que exige la FIFA. Entre ellos se encuentran Alarcón, Haro y Omar Ponce, árbitros, quienes tienen escarapela de la FIFA. Los otros son Xavier Pesántez, Segundo Díaz, Fabricio Quintero, Betty Tobar y Rosa Canales.Según los registros de la de la Comisión de Arbitraje de la FEF, hay 560 jueces para las distintas categorías del fútbol ecuatoriano. De ese grupo, 14 son jueces FIFA (siete centrales y siete asistentes). La Comisión de Arbitraje de la FIFA establece que los árbitros se entrenen por lo menos tres días a la semana. También dispone que los jueces realicen cuatro exámenes físicos en el año. Una de esas pruebas es recorrer 240 metros. Para esta prueba, la FIFA determina que cada 40 metros deben ser cubiertos por los árbitros centrales en un tiempo no mayor a los 6 segundos y 2 centésimas. Para los asistentes, el tiempo es de 6 segundos. Antonio Jarrín, miembro de la Comisión y quien toma estas pruebas hace cinco años, dice que los jueces ecuatorianos están sobre el límite impuesto. Los asistentes, en el último examen, registraron un tiempo promedio de 5 segundos y 7 centésimas y los centrales 5 segundos y 8 centésimas. “Eso es preocupante porque no hay un margen considerable entre el límite establecido y el tiempo que registraron en la última prueba”. Róger Zambrano, presidente de la Comisión de Arbitraje, asegura que la preparación de los árbitros cumple las disposiciones de la FIFA. Esta instancia lleva un registro de los jueces. Ahí, los árbitros cuentan con un instructor y un preparador físico. Sin embargo, para los 560 jueces del país, la FEF cuenta con 13 instructores y el mismo número de preparadores físicos. Esto es insuficiente para Alfredo Intriago, presidente de la Asociación Nacional de Árbitros. “No todos cuentan con una preparación guiada por un profesional”. Los árbitros realizan su preparación física y académica de lunes a viernes. Si un juez falta un día a su preparación, la Comisión lo descarta del sorteo para los partidos del fin de semana. Según Intriago, en Ecuador no se puede vivir del arbitraje. Por eso, los jueces tienen otras actividades. Un juez internacional gana USD 350 por cada partido que pita en la serie A. Los de la serie B perciben USD 250. La FIFA exige que los árbitros tengan un deportólogo, un nutricionista y un psicólogo. Eso no ocurre en el país.