El Challenger de Quito era un sueño que perseguía constantemente el tenista Joao Souza. Después de caer en la final del 2010 frente a Giovanni Lapentti, el brasileño no pugnaba por nada más que por la victoria.
Souza llegó al torneo ubicado en el puesto 152 del escalafón de la ATP. Era el cuarto cabeza de serie en singles y el primero en dobles junto a su compatriota y amigo Marcelo Demoliner.
Tras sortear complicados encuentros en la primera ronda y los octavos de final, un golpe de suerte marcaría su rumbo en el torneo en los cuartos. En ese partido el dominicano Víctor Estrella se lesionó en el segundo parcial . El resultado le permitió avanzar directamente a las semifinales con un mejor estado físico que sus contrincantes en esta fase.
De hecho hoy no le importó saber que debía afrontar tres partidos en un solo día. Se deshizo de Nicolás Massú en menos de 40 minutos en el duelo aplazado de las semifinales. Este debía culminar ayer pero la lluvia impidió su desarrollo cuando ambos tenistas afrontaban el primer parcial.
A Souza no le molestaron estos cambios. Después de su partido con Massú admitió que solo pensaba en el Trofeo de ganador. No se mostraba cansado y tampoco había estudiado el juego de su rival en la final.
Guillaume Rufin, en cambio, arribó al último partido con la desventaja de haber disputado un largo encuentro con Martín Alund en las semifinales. Este partido duró casi tres horas y fue interrumpido constantemente por la aparición de la lluvia.
En el juego de ayer, el nivel físico del francés fue bastante inferior al demostrado por Souza. Este controló las acciones desde el primer set y quebró en dos ocasiones el servicio del galo. El primer set fue favorable para el brasileño, que con un contundente 6-2 concretó el primer paso para lograr su ansiada victoria.
Cuando los aficionados más disfrutaban del juego, este se suspendió en el segundo parcial por la presencia de lluvia. El mal clima había estado presente desde el inicio del torneo, con intenso sol en las mañanas y torrenciales aguaceros por las tardes
Ayer, en la cancha del Club Buena Vista pareció que iba a repetirse lo suscitado el sábado y el encuentro sería suspendido, pero los organizadores ya tenían una alternativa. Trasladaron a los equipos a una cancha recubierta por planchas de zinc ubicada a pocos metros del campo de juego. La extensión es casi del tamaño de un coliseo, por lo que el público pudo seguir disfrutando con las acciones entre los deportistas.
El segundo parcial fue más parejo y no fue hasta el ‘tie break’ en que Souza pudo romper el servicio de Rufin y concretar el logro que le fue esquivo hace dos años.
Después de su último golpe con la raqueta el jugador levantó los brazos y corrió a abrazar a su entrenador Rodrigo Soriano. Demoliner, su compañero en dobles, no perdió ni un instante del triunfo ya que grababa el hito a través de un I Pad.
Rufin se retiro decepcionado. En la premiación con un inglés entrecortado agradeció a los organizadores y prometió volver el próximo año. Pero el espectáculo no acabó. Cadetes de la escuela policial homenajearon a los dos tenistas con un acto que fue acompañado de los discursos de Lenin Moreno, vicepresidente del Ecuador, y Fabricio Valdiviezo, organizador del torneo.
Moreno entregó al ganador una réplica del Trofeo Rumiñahui elaborado por el fallecido artista Oswaldo Guayasamín. Este tiene placas con los nombres de los campeones del torneo.
Joao Souza ganó su cuarto trofeo en la modalidad de Challenger. Antes lo hizo en Bogotá y Cali. Espera finalizar la temporada entre los 100 primeros tenistas en el ranking ATP. De momento ya tiene asegurados los 80 puntos que otorga el torneo y un premio económico de USD 5000.